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Authors: Carlos Martín Pérez

El arte de la ventaja (5 page)

BOOK: El arte de la ventaja
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No seas vulgar en nada. El aplauso popular no debe satisfacerte, la fama es efímera. La gente vulgar admira la necedad común y rechaza el buen consejo. Los que hoy te aplauden, mañana querrán ajusticiarte. El gusto se puede cultivar, igual que la inteligencia. La excelente comprensión de las cosas refina el deseo y después aumenta el placer de conseguirlas. Conoce tu mejor cualidad, cultiva tu virtud más relevante y haz crecer a las demás. Puedes triunfar si conoces tu mejor cualidad. Debes sopesar las cosas, sobre todo las más importantes. Algunos hacen mucho caso de lo que importa poco y poco de lo que importa mucho, sopesando siempre al revés. Tú lo sopesarás todo, especialmente donde hay dificultades y dónde creas que a veces hay más de lo que piensas.

En asuntos del deseo, no te precipites en implicarte porque sea fácil; una vez que te has implicado, te hundirás profundamente. En asuntos de principio, no retrocedas por miedo a la dificultad; una vez que desciendes hacia atrás, pierdes por completo tus cimientos. Desarrolla tu carácter con un cierto grado de indiferencia. En cuanto aparece la fascinación, se persiguen objetos del deseo. Gobernar cualquier asunto de la vida pública requiere un sentimiento de desapego. En cuanto aparece el apego, estás en peligro.

Cultiva la paciencia, aprende a esperar. Hacerlo demuestra una gran voluntad e inteligencia, con más amplitud de sufrimiento. Nunca te apresures, nunca te apasiones. Si eres señor de ti, lo serás después de los otros. La espera prudente adorna los aciertos y madura los secretos pensamientos. Moderar la imaginación es el todo para la felicidad. Unas veces la frenarás y otras la empujarás, con el sentido común darás con su justo empleo. Es suficientemente rápido lo que está bien.

Lo que hagas deprisa, deprisa se deshará. Lo que mucho vale, mucho cuesta. Lo que tiene que durar mucho tiempo, debe tardar otro tanto en hacerse.

SOBRE LA DECISIÓN

Aún siendo paciente, debes ser decidido. Te ocasionará menos daño una mala ejecución que la falta de decisión. No serás como el agua estancada que acaba corrompiéndose. Una vez en acción, no debes dudar, la duda mata la mente y te puede llegar a matar a ti mismo. Haz algo o no lo hagas, pero no dudes. Tómate el tiempo necesario para estudiar la decisión, pero no la demores porque te falta algún detalle por considerar, pues te estás engañando y dejando pasar el tiempo como excusa para no decidir. Decidir o no decidir ya es una decisión, y tú eres el que recibirás las consecuencias, buenas o malas. Ni te apresures ni te demores en decidir. La vida es elegir, unas cosas esperan más tiempo tu elección, pero otras sólo esperan como el rayo en la noche. Debes discernir cuándo puedes esperar para decidir y cuándo ser fulminante en tu elección. Es asunto importante manejar los ritmos de la decisión. Piensa que con decisiones forjamos nuestro carácter y moldeamos nuestro destino, pues al decidir escoger una opción desechamos otras que a su vez traerían otras opciones para elegir. En cierta forma, somos prisioneros de nuestras decisiones.

Sopesar una decisión es analizar las opciones que una situación nos ofrece. Medita cuáles son las mejores cualidades con las servidumbres que acarrea esta situación. Cuando hayas considerado varias líneas para actuar, deberás ponderar cuál se adapta más a tus objetivos. Como todas las cosas tienen un lado bueno y otro que no lo es tanto, harás un plan para aprovechar lo bueno de esa línea de acción y otro para precaverte de lo malo. Ya casi has decidido, sólo te falta el cuándo y el dónde empezar actuar, así ya has acabado de decidir. Si la decisión que has de tomar es con motivo de conflicto con un adversario, debes realizar otro proceso similar. Sobre éste debes hacerte tres preguntas. ¿Quién es? ¿Qué hace? y ¿Qué puede hacer?. A la primera pregunta debes responder definiendo al adversario, generalmente trata sobre todo lo que es y ha hecho. La segunda es definir las actividades actuales, es el presente. En estas dos primeras preguntas no hace falta realizar juicios de valor. Sí hay que hacerlo para contestar a la tercera pregunta. Generalmente obtendrás varias respuestas, varias hipótesis. Tras este estudio del enemigo, debes determinar cuáles son sus puntos débiles y sus puntos fuertes. Luego te aplicarás estas mismas preguntas a ti mismo.

Después de estudiar de los puntos fuertes del enemigo y tus propios puntos débiles deducirás la hipótesis más peligrosa y montarás tu seguridad y defensa. Estudiando tus puntos fuertes y las debilidades del adversario deducirás la hipótesis más ventajosa y en esa dirección realizarás tus acciones ofensivas. Este proceso de estudio debe ser permanente y no parar nunca.

Si hay algo del enemigo que no sabes o entiendes, debes hacer algo para obtener esta información. Hay que tener muy claro qué es lo qué quieres saber y qué medios emplearás para su obtención. La otra parte también emprenderá acciones con este fin; debes negarle la información o por lo menos ocultarle y desvirtuarle parte de ella. También tu puedes enviarle información falsa; pero ten cuidado, el adversario puede hacer — y hará - lo mismo contigo. Con los aliados, también hay que aplicar las tres preguntas y estudiar sus fortalezas y debilidades para tener previstos planes por si conviniera aplicarlos. Pon también a prueba a todas las personas de tu entorno para observar sus reacciones. Por último, ponte a prueba tú mismo, te conocerás mejor y conociéndote más a fondo entenderás cada vez más cómo piensan y actúan las personas. Hay seis formas de probarte a ti mismo y al resto de las personas: enriquécelos y observa si se refrenan de la mala conducta para probar su humanidad. Ennoblécelos y mira si se contienen de la altanería, para probar su sentido de justicia. Dales responsabilidades para ver si se contienen del comportamiento despótico, para probar su lealtad. Tiéntalos para probar su confianza. Ponlos en peligro y observa si no se asustan, para probar su valor. Abrúmalos y mira si permanecen incansables, para probar como abordan estratégicamente los problemas.

SOBRE EL CONTROL DE UNO MISMO

Las personas sabias se controlan en actos, en palabras y en pensamientos, verdaderamente se controlan bien. Para poder llevar a cabo cualquier empresa con éxito y sobre todo en el trato con las personas, te será necesario un gran autocontrol. También deberás saber cómo hacer perder el autodominio a tus adversarios. Conoce las ideas irracionales que hacen que el ser humano pierda el autocontrol y cómo evitar caer en ellas. Por supuesto, conociendo cómo te controlas a ti mismo, sabrás como se puede perder. Y sabiendo cómo se puede perder, harás que quien te interese nunca tenga dominio sobre sus actos.

Debes adquirir el hábito y la capacidad que te permita controlar tus emociones y no que éstas te controlen a ti, sacándote la posibilidad de elegir lo que quieres sentir en cada momento de nuestra vida. Eres el actor y director de tu vida, ya que de las pequeñas y grandes elecciones depende tu existencia; tienes la importante posibilidad de hacer feliz o no tu vida, a pesar de los acontecimientos externos. Esos acontecimientos no son los que manejan tu vida, sino tú mismo, ya que manejas tu felicidad dependiendo de la interpretación que haces de estos hechos. Eres lo que piensas y si aprendes a controlar tu pensamientos también así podrás controlar las emociones. El sentimiento lo puedes definir como una reacción física a un pensamiento. Si no tuvieras cerebro no sentirías. Todas las sensaciones llegan precedidas por un pensamiento y el cerebro no podrías experimentar sensaciones. Si controlas los pensamientos, las sensaciones y los sentimientos que vienen de los pensamientos, entonces ya eres capaz de controlarte a ti mismo y nada te afectará. Hay algunas ideas irracionales o pensamientos distorsionados que impiden el dominio de las emociones y logran que tu vida no sea plena. Los sentimientos no son simples emociones que te suceden, sino que son reacciones que eliges tener. Cuando seas dueño de tus emociones, si las controlas, no tendrás que escoger reacciones de derrota.

Es común que, como mucha gente en esta sociedad, hayas crecido con la idea de que está mal amarse a sí mismo, que eso es egoísmo. Pero el amor a los demás está relacionado con el amor que te tienes a ti mismo. El amor es una palabra que tiene tantas definiciones como personas hablaron de él. Piensa que el amor es la capacidad y la buena disposición para permitir que los seres queridos sean lo que ellos elijan para sí mismos, sin insistir en que hagan lo que a ti te satisficiera o te gustase. Hay muy pocas personas que pueden aplicarse esta definición a sí mismos. Cuando hayas reconocido lo que tú vales y lo bueno que es, no tendrás necesidad de que los demás apoyen y refuercen tu valor ajustando tu conducta a sus instrucciones. Logra amarte a ti mismo y serás capaz de amar a los demás y de hacer cosas por los otros al poder dar y hacer cosas para ti mismo. Entonces no tendrás problemas para amar o dar, no lo harás porque esperas retribuciones o gratitud sino por el verdadero placer que sentirás al ser generoso. Destruye los pensamientos irracionales de que sólo hay un concepto de ti mismo y que éste siempre es positivo o negativo. Puede ser que no te guste cómo te has portado en algún momento, pero eso nada tiene que ver con la valoración que sobre ti te hagas. Ya vales sólo por el hecho de existir, de ser un ser humano. Tienes un valor dado ajeno a tus logros.

Es tan absurdo hacer que lo que tú vales dependa de algún logro externo, como lo es hacer que dependas de la opinión de otra persona. El resultado final de cualquier actividad o empresa que realices no determinará de ninguna manera tu valor como persona.

Acepta tu cuerpo y cuídalo. Un cuerpo debe estar sano para resistir cualquier esfuerzo normal y aún extraordinario. Aunque es importante la apariencia exterior, no debe ser tu objetivo principal, lo importante es que funcione perfectamente. Y ni siquiera eso debe obsesionarte. No es que tengas buen o mal cuerpo, tú eres tu cuerpo. El que no te guste significa que no te aceptas como ser humano. Si los rasgos físicos que te desagradan pueden ser modificados, haz que cambiarlos sea una de tus metas. Las partes que desapruebas y no se pueden cambiar puedes verlas con una óptica diferente. No tienes porqué aceptar la definición de la sociedad respecto a la belleza. No dejes que los demás te dicten lo que es atractivo para ti. Rechaza las comparaciones y las opiniones de los demás, importa sólo lo que para ti es válido. La gente ve exactamente lo que escoge ver, incluso en los espejos.

Es irracional querer tener siempre total seguridad en cuanto a garantías externas ya que mientras vivas en esta tierra y si el sistema sigue siendo el mismo nunca podrás tener esa seguridad. Y aunque no fuera una idea irracional, sería una fea manera de vivir ya que la seguridad elimina la excitación, la emoción y el crecimiento. Pero hay una seguridad que sí buscarás y es la seguridad interior que te brinda el tener confianza en ti mismo y en tu capacidad de solucionar cualquier problema que se te presente.

No tendrás dependencia psicológica de nadie. Lo racional es ser independiente psicológicamente, o sea ser tú mismo, viviendo y escogiendo los comportamientos que elijas y desees. Si dependes psicológicamente de alguien, significa que esa relación no te implica una elección, sino que es un vínculo en el cual te sientes obligado a hacer o ser algo que no quieres. Si lo que deseas es ese tipo de relaciones, entonces no es malo, pero si la necesitas o te sientes obligado a tenerla y luego te molesta, entonces quiere decir que estás actuando irracionalmente. La independencia psicológica implica no necesitar a los demás. No digo no desear a los demás, sino no necesitarlos. Eres responsable de tus propias emociones y las demás personas de las suyas. Nadie puede controlar sus sentimientos salvo tú mismo.

Vive en el presente. Aunque hagas planes para el futuro y recuerdes el pasado para no repetir errores, el único tiempo que existe es el presente ya que el está muerto y el futuro aún está por llegar. Solamente existe un momento en el que puedes experimentar algo y ese momento es ahora. La gente pierde mucho tiempo en recordar el pasado y pensar en el futuro, tú no caerás en ese error y hasta aprovecharás esta forma de pensar en otras personas. Es muy importante que te hagas cargo de tu momento presente. Vive el presente, el ahora. El pasado ya no existe; claro que te puede aportar mucho, pero ya pasó; toma lo bueno, deja lo malo y olvídalo. El futuro aún no ha llegado; nada sabes de él, lo puedes vislumbrar, planear, pero no detenerte en él, ya que aún no existe. Este momento es el único que tienes, por ahora. Por lo tanto, hay que vivirlo, disfrutarlo, como si fuera el último. Si alguna vez has estado cerca de la muerte, quizás lo entiendas.

Algunos hombres y mujeres desean ser famosos y bien conocidos porque piensan que esto hará que sus vidas estén a salvo de riesgos. Si la fama acarrea la seguridad, es bueno y correcto desear ser famoso; pero si una vida famosa trae más problemas que una vida oscura, es tonto desear lo que es realmente malo para ti. A todos nos gusta que nos aprueben. La aprobación no es un mal en sí mismo; se convierte en patológica cuando es una necesidad en lugar de un deseo. Es imposible que logres la aprobación de todas las personas en todas las cosas que hagas, ya que todos los seres humanos somos diferentes. Además, aunque te parezca extraño, cuanto más se busca aprobación, menos se la encuentra.

Evita el perfeccionismo. Cuanto más desees alcanzar un objetivo, menos lo lograrás. Una voluntad demasiado tensa hacia un objetivo constituye un obstáculo. ¿Por qué tienes que hacer todo bien? ¿Quién está anotando los puntos? Es absolutamente paralizante la búsqueda constante del éxito en todo lo que hagas. Está bien que algunas actividades las intentes hacer lo mejor posible, pero ¿porqué todas? La misma ansiedad que da plantearse hacer las cosas a la perfección, te llevará muchas veces a hacerlas peor, ya que la ansiedad impide pensar con claridad. Hacer las cosas a la perfección es una idea irracional, ya que la perfección no es un atributo de la naturaleza humana. Cambia el hacerlo lo mejor posible por simplemente hacerlo. Haz lo que quieras hacer y no te prives de ese placer, sólo porque quizás no lo hagas bien. Puede haber ocasiones en las que según tus propias reglas fracases en algo. Este fracaso será productivo, te debe servir de incentivo. Lo importante es no equiparar el acto, a tu valor como persona. Se trata sólo de no haber logrado el éxito en esa tarea y no que tú no valgas.

Las emociones más inútiles son la culpabilidad por lo que has hecho y la preocupación por lo que podrías hacer. La culpabilidad no es solo una preocupación por el pasado, es la inmovilización del momento presente. Este sentimiento es irracional no sólo porque te hace sentir molesto y deprimido, sino que es inútil porque aunque le dediques el resto de tu vida a sentirte culpable nunca lograrás borrar lo sucedido. Por lo tanto es mejor que dediques tu valioso tiempo a hacer algo más constructivo como puede ser cambiar tu actitud respecto a las cosas que te producen culpa.

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