El poder está dentro de ti (13 page)

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Authors: Louise L. Hay

Tags: #Autoayuda

BOOK: El poder está dentro de ti
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Las respuestas pueden ser tan sencillas como procurarse una buena noche de sueño, o no salir siete noches por semana, o no excederse en el trabajo. Permítete escuchar a tu cuerpo porque él sí desea ponerse bien. Tu cuerpo quiere estar sano, y tú puedes colaborar con él.

Cuando siento un dolor o una molestia, me quedo en silencio. Sé que mi Poder Superior me hará saber qué necesito cambiar en mi vida para estar libre de enfermedades. En estos momentos de silencio imagino o visualizo los escenarios naturales más perfectos, con mis flores preferidas, que me rodean en abundancia. Puedo sentir y oler la dulce y tibia brisa que sopla y roza mi cara. Me concentro en relajar todos los músculos de mi cuerpo.

Cuando noto que he llegado a un estado de relajación total, sencillamente le pregunto a mi Sabiduría Interior: « ¿De qué forma estoy contribuyendo a este problema? ¿Qué es lo que necesito saber? ¿Qué aspectos de mi vida necesitan un cambio?». Entonces dejo que me lleguen las respuestas. Es posible que no lleguen en este mismo momento, pero sé que pronto se me revelarán. Sé que cualesquiera sean los cambios necesarios, serán los correctos para mí y que estaré completamente a salvo sea lo que sea que se despliegue ante mí.

A veces uno se pregunta cómo va a realizar tales cambios. « ¿Cómo voy a vivir? ¿Qué pasará con mis hijos? ¿Cómo voy a pagar mis deudas?» Lo repito, confía en que tu Poder Superior te va a enseñar los medios para vivir una vida llena de abundancia y libre de dolor.

También te sugiero que efectúes los cambios paso a paso. Lao-Tse dijo: «El viaje más largo comienza con un paso». Un pasito más otro pueden significar progresos importantes. Una vez que comiences a llevar a cabo tus cambios, recuerda por favor que el dolor no desaparece de la noche a la mañana, aunque bien podría ser que sí. Ha llevado su tiempo que aflorara a la superficie, por lo tanto es posible que también lleve su tiempo darse cuenta de que ya no se lo necesita. Sé amable contigo mismo. No midas tus progresos por los de otra persona. Eres único y tienes tu propia manera de manejar la vida. Deposita tu confianza en tu Yo Superior para librarte de todo dolor físico o emocional.

El perdón es la llave de la libertad

«¿Prefieres tener razón o ser feliz?», suelo preguntar a mis clientes. Todos tenemos opiniones sobre quién tiene razón y quién está equivocado, según nuestra propia forma de entender las cosas; y todos podemos encontrar razones que justifiquen nuestra opinión y nuestros sentimientos. Deseamos castigar a otras personas por lo que nos han hecho. Sin embargo, somos nosotros quienes «pasamos la película» una y otra vez en nuestra mente. Es tonto castigarnos ahora por el daño que alguien nos hizo en el pasado.

Para liberar y dejar atrás el pasado es preciso estar dispuestos a perdonar, aun cuando no sepamos cómo hacerlo. Perdonar significa renunciar a nuestros sentimientos dolorosos y sencillamente dejar que lo que los provocó se marche. Un estado de no perdón efectivamente destruye algo dentro de nosotros.

Sea cual fuere la senda espiritual que sigues, lo normal es que descubras que el perdón es un asunto importantísimo en cualquier momento, pero sobre todo cuando hay una enfermedad Cuando estamos enfermos es preciso que observemos lo que nos rodea y veamos qué necesitamos perdonar Generalmente sucede que aquella persona a la que pensamos que jamás vamos a perdonar es precisamente la que más necesitamos perdonar. No perdonar a una persona no le causa el menor daño a ella, pero a nosotros nos provoca estragos. El problema no es de ella. El problema es nuestro.

Los rencores y heridas que nos duelen tienen mucho que ver con perdonamos a nosotros mismos, no a otra persona. Afirma que estás totalmente dispuesto a perdonarte: «Estoy dispuesto a liberarme del pasado. Estoy dispuesto a perdonar a todos aquellos que alguna vez me hicieron daño, y me perdono por haber dañado a otros». Si piensas en alguien que te hizo daño en algún momento de tu vida, bendice a esa persona con amor y libérala. Después, desecha el pensamiento.

Yo no estaría aquí ahora si no hubiera perdonado a las personas que me hicieron daño. No deseo castigarme en el presente por lo que ellas me hicieron en el pasado. No quiero decir que lograrlo haya sido fácil. Sólo que ahora puedo mirar hacia atrás y decir: «Ah, sí, eso es algo que su cedió» Pero ya no vivo allí. Y no es lo mismo que justificar o excusar su comportamiento.

Si te sientes estafado o timado por alguien, has de saber que nadie puede quitarte nada que sea tuyo por derecho. Si te pertenece, volverá a ti en el momento oportuno. Si algo no retorna, eso quiere decir que no había de volver. Acéptalo y continúa con tu vida.

Para ser libre es preciso abandonar el resentimiento «que clama justicia» y superar los sentimientos de autocompasión. Cuando sufres un ataque de autocompasión, te conviertes e esa persona desamparada que no tiene ningún poder. Para tener poder es preciso estar con los pies apoyados en el suelo y asumir la responsabilidad.

Tómate un momento, cierra los ojos e imagínate un hermoso riachuelo que pasa junto a ti. Coge la vieja experiencia dolorosa, la herida, la falta de perdón, y lánzalo todo al riachuelo. Observa cómo comienza a disolverse avanzando río abajo hasta que se disipa y desaparece totalmente. Haz esto lo más a menudo que puedas.

Ha llegado el momento de la compasión y la curación. Entra en tu interior y comur1ícate con esa parte tuya que sabe curar. Eres increíblemente competente. Estás dispuesto a avanzar hacia nuevos plano para descubrir aptitudes de las cuales ni siquiera tenías conciencia, no sólo para curar la enfermedad o mal-estar, sino también para sanarte a ti mismo en todos los aspectos posibles, para hacerte íntegro en el sentido más profunda de la palabra, para aceptar cada parte de ti mismo y cada experiencia que hayas tenido, y para saber que todo esto forma parte de la trama de tu vida en estos momentos.

Me encanta el
Libro de Emmanuel
. Hay un párrafo que contiene un buen mensaje:

—¿Cómo se experimentan circunstancias dolorosas sin amargarse por ellas? —le preguntan a Emmanuel.

—Tomándolas como enseñanzas y no como castigos. —Contesta Emmanuel—. Confiad en la vida, amigos míos. Por muy lejos que os parezca que os lleva, ese viaje es necesario. Habéis venido a cruzar un amplio terreno de experiencia con el fin de verificar dónde está la verdad y dónde está vuestra tergiversación de la verdad. Entonces seréis capaces de volver a vuestro hogar, a vuestro yo espiritual, renovados y más sabios.

Ojalá pudiéramos comprender que todos nuestros supuestos problemas son sólo oportunidades para que crezcamos y cambiemos, y que la mayoría de ellos proceden de las vibraciones que hemos estado emitiendo. Lo único que os hacer es cambiar nuestra forma de pensar, y estar dispuestos a disolver el rencor y a perdonar.

Tercera parte

Amarse a uno mismo

¿Recuerdas la última vez que te

enamoraste? Tu corazón hacía

«ahhhhh». Era una sensación

maravillosa. Lo mismo pasa cuando

uno se ama a sí mismo, sólo que uno

nunca puede abandonarse. Una vez

que cuentas con tu propio amor,

éste te acompaña durante el resto

de tu vida, de modo que es preciso

que hagas de ésta la mejor

relación que tengas.

8

Cómo amarse

Cuando uno perdona y ¡íbera, no sólo se

quita de encima una enorme y pesada carga

sino que además abre la puerta hacia el

amor a sí mismo.

Vamos a examinar algunas formas de amarnos a nosotros mismos que pueden resultar útiles para aquellos de vosotros que ya llevan algún tiempo trabajando en ello, y también para las personas que acaban de comenzar. Yo los llamo mis
Diez Pasos
; a lo largo de los años he enviado la lista a miles de personas.

Amarse a uno mismo es una aventura maravillosa; es como aprender a volar. ¿Te imaginas que todos tuviéramos el poder de volar a voluntad? ¡Sería fantástico! Empecemos a amarnos ahora mismo.

En un aspecto o en otro, por lo visto todos sufrimos de alguna carencia de amor a nosotros mismos. Nos resulta muy difícil amarnos porque llevamos dentro esos supuestos defectos que nos hacen imposible amarnos tal como somos. Generalmente nos ponemos condiciones para amarnos, y cuando entablamos alguna relación también ponemos condiciones para amar a la otra persona. Todos hemos escuchado que no podemos amar de verdad a los demás hasta que nos amemos a nosotros mismos. De modo que, ahora que ya hemos visto las barreras que hemos levantado para obstaculizamos, veamos cómo hacemos para lanzarnos al paso siguiente.

Diez maneras de amarnos

1. Dejemos de criticarnos

Este es quizá el punto más importante. Ya hablamos de la crítica en el capítulo 5. Si nos decimos a nosotros mismos que, pase lo que pase, estamos bien y valemos, podemos cambiar con facilidad nuestra vida. Pero si nos decimos que estamos mal, nos resultará enormemente difícil lograrlo. Todos cambiamos, todos. Cada día es un nuevo día y hacemos las cosas de manera algo diferente a como las hicimos el día anterior. Nuestra capacidad para adaptarnos y avanzar con el proceso de la vida es nuestro poder.

Las personas que proceden de hogares problemáticos suelen tener un sentido de la responsabilidad exagerado y han adquirido la costumbre de juzgarse sin piedad. Crecieron en medio de la tensión y la angustia El mensaje que recibieron cuando eran niños les hace pensar: «Seguro que algo no funciona bien en mí». Piensa por un momento en las palabras que empleas cuando te regañas. Las más comunes son: estúpido, chico malo, chica mala, inútil, descuidado, feo, bobo, indigno, perezoso, desaseado, etc. ¿Son éstas las mismas palabras que empleas para describirte?

Tenemos una gran necesidad de fortalecer nuestra propia valía y mérito, porque cuando pensamos que no valemos lo suficiente encontramos la manera de ser siempre desgraciados. Nos creamos enfermedades y dolor, aplazamos cosas que nos beneficiarían, maltratamos nuestro cuerpo con comidas dañinas, con alcohol y otras drogas...

En cierta manera todos nos sentimos inseguros, porque somos humanos. Aprendemos a no pretender que somos perfectos. La necesidad de ser perfectos sólo nos crea una enorme presión, y nos impide ver los aspectos de nuestra vida que necesitan curación. En lugar de eso podríamos descubrir nuestras aptitudes creativas, nuestra individualidad, y valorarnos por esas cualidades que nos distinguen de los demás. Cada uno de nosotros tiene un papel único que desempeñar en la Tierra, papel que oscurecemos al criticarnos.

2. Dejemos de asustarnos

Muchos de nosotros nos llenamos de miedo con pensamientos aterradores, logrando con ellos hacer las situaciones peores de lo que son. Cogemos un pequeño problema y lo transformamos en un monstruo gigantesco. Es una forma terrible de vivir, siempre a la espera de que ocurra lo peor en nuestra vida. ¿Cuántos de vosotros os vais a la cama por la noche imaginándoos el peor de los guiones posibles para un problema? Eso es lo mismo que hace un niño pequeño cuando se imagina que hay monstruos debajo de la cama y se asusta por ello. Si haces esto, no es raro entonces que no puedas dormir. Cuando eras pequeño necesitabas que tu madre o tu padre vinieran a tranquilizarte. Ahora que eres adulto sabes que tienes la capacidad de tranquilizarte a ti mismo.

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