El poder está dentro de ti (7 page)

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Authors: Louise L. Hay

Tags: #Autoayuda

BOOK: El poder está dentro de ti
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Recuerda también que vamos trabajando por capas, una capa cada vez. Es posible que llegues a una planicie y pienses «Lo he conseguido!», pero que luego surja algún viejo asunto y te haga daño, o te enfermes y no logres ponerte bien durante un tiempo. Tienes que buscar entonces a ver qué creencias hay bajo la superficie. Puede significar que hay más trabajo por hacer porque vas a pasar a la siguiente capa, más profunda.

Nunca pienses que «no eres suficientemente capaz» porque algo que has trabajado por eliminar vuelve a aparecer. Cuando descubrí que yo no era una «mala persona» por el hecho de volver a enfrentarme con un antiguo problema, se me hizo muchísimo más fácil continuar avanzando. Aprendí a decirme: «Louise, lo haces muy bien. Fíjate lo lejos que has llegado. Sólo necesitas más práctica. Y te amo».

Yo creo que cada uno de nosotros decide encarnarse sobre este planeta en un lugar y un tiempo determinados. Hemos escogido venir aquí a aprender una enseñanza concreta que nos hará progresar en nuestro camino de evolución espiritual.

Una de las formas de permitir que se despliegue positiva y sanamente el proceso de la vida es declarar nuestras propias verdades personales. Escoge mantenerte alejado de las creencias limitadoras que te han estado negando los beneficios que tanto deseas. Declara que tus pautas de pensamiento negativo quedarán borradas de tu mente. Libera y deja marchar tus temores y cargas. Hace ahora bastante tiempo que llevo creyendo las siguientes ideas y me han dado resultado:

• Todo lo que necesito saber se me revela.

• Todo lo que necesito viene a mí en el lugar y el momento perfectos.

• La vida está llena de alegría y amor.

• Soy una persona que ama, digna de amor y amada.

• Estoy sana y rebosante de energía.

• Dondequiera que voy encuentro prosperidad.

• Estoy dispuesta a cambiar y a crecer.

• Todo está bien en mi mundo.

He aprendido que no nos mantenemos positivos el cien por ciento del tiempo, y yo me incluyo en este dato. Tanto como puedo, considero la vida como una experiencia maravillosa y dichosa. Me siento segura y a salvo, y he hecho de esto una ley personal.

Creo que todo lo que necesito saber se me revela; por lo tanto, es preciso que tenga bien abiertos los ojos y los oídos. Recuerdo que cuando tuve cáncer pensé que me iría muy bien la reflexoterapia. Una noche asistí a una charla. Generalmente me siento en la primera fila porque me gusta estar muy cerca del conferenciante; sin embargo, esa noche me sentí inclinada a sentarme en la última fila Justo cuando acababa de hacerlo se sentó a mi lado un reflexólogo. Empezamos a hablar y me enteré de que incluso hacía visitas a domicilio. No tuve que buscarlo, él vino a mí.

También creo que todo lo que necesito viene a mí en el lugar y el momento perfectos. Cuando algo va mal en mi vida inmediatamente me pongo a pensar: «Todo va bien, todo está bien, sé que todo es perfecto. Es una enseñanza, una lección, una experiencia, y la pasaré. Hay aquí algo que es para mi mayor bien. Todo está bien. Respira. Está bien». Hago todo lo que puedo por tranquilizarme, para poder tener la mente clara y pensar racionalmente sobre lo que sucede, y, por supuesto, trabajo en ello. Puede que lleve su tiempo, pero a veces, cosas que parecen grandes desastres resultan ser fabulosas al final, o por lo menos no los desastres que parecían al comienzo. Todo acontecimiento es una experiencia que enseña.

Hago muchísimo diálogo interno positivo, mañana, tarde y noche. Procedo de un espacio de amor del corazón, y practico el amor a mí misma y a los demás tanto como puedo. Mi amor está en continua expansión. Lo que hago actualmente es mucho más de lo que hacía hace seis meses o un año. Sé que dentro de un año mi conciencia y mi corazón se habrán dilatado y haré todavía más. Sé que lo que creo de mí se convierte en realidad, de modo que creo cosas maravillosas de mí. Hubo una época en que no pensaba así; sé que he crecido y que continuaré trabajando en mí misma.

También creo en la meditación. Meditamos cuando nos sentamos y desconectamos el diálogo interno el tiempo suficiente para escuchar a nuestra propia sabiduría. Cuando medito suelo cerrar los ojos, hacer una honda inspiración y preguntar: « ¿Qué necesito saber?». Me quedo sentada y escucho. También podría preguntar: « ¿Qué necesito aprender?», o « ¿Qué enseñanza hay contenida en esto?». A veces pensamos que tenemos que «arreglarlo» todo en nuestra vida, cuando es posible que lo único que hayamos de hacer sea «aprender» algo de la situación.

Cuando comencé a meditar, tuve fuertes dolores de cabeza durante las tres primeras semanas. La meditación me era totalmente desconocida e iba contra mi programación interior. Sin embargo perseveré, y finalmente los dolores de cabeza desaparecieron.

Si al meditar ves que surge continuamente de ti mucha negatividad, eso puede significar que es necesario que suceda: la guardabas en tu interior, y al callar, haces que comience a subir a la superficie. Considérala sencillamente como negatividad que se libera. No trates de oponerle resistencia, Déjala que continúe todo el tiempo que sea necesario.

Si te quedas dormido mientras meditas, eso está bien. Deja que tu cuerpo haga lo que necesita, ya se equilibrará con el tiempo.

La reprogramación de las creencias negativas es algo muy potente. Una buena forma de llevarla a cabo es grabar una cinta con tu voz haciendo tus afirmaciones. Ponla cuando te acuestes. Para ti tendrá muchísimo valor porque escucharás tu propia voz. Una cinta aún más efectiva sería una con la voz de tu madre diciéndote lo maravilloso que eres y lo mucho que te ama. Una vez tengas la cinta, relaja el cuerpo antes de comenzar a reprogramar. A algunas personas les gusta empezar por las puntas de los pies y continuar hacia arriba hasta la cabeza tensando y relajando cada parte del cuerpo. Si lo haces así, relajas la tensión, dejas salir las emociones, y llegas a un estado de acogida y receptividad. Cuanto más relajado estés, más fácil te resultará recibir nueva información. Recuerda que siempre tienes el mando y que estás en todo momento a salvo.

Es maravilloso escuchar cintas o leer libros que sirvan para conocerse a uno mismo y hacer afirmaciones. Pero, ¿qué vas a hacer durante las 23 horas y los minutos restantes del día? Eso es lo que realmente importa. Si te sientas y meditas y después sales disparado a trabajar y le chillas a alguien, eso también cuenta. La meditación y las afirmaciones son fabulosas, pero el resto del día es igualmente importante.

Trata a la duda como a un amistoso recordatorio

Hay personas que suelen preguntarme si están haciendo correctamente sus afirmaciones o incluso si éstas les funcionan. Me gustaría que consideraras la «duda» de forma algo diferente a como seguramente la has considerado hasta ahora. Yo creo que el subconsciente reside en la zona del plexo solar, allí donde tenemos esos sentimientos o sensaciones que llamamos instintivos. Cuando sucede algo inesperado o repentino, ¿no tienes inmediatamente una fuerte sensación en la tripa? Ahí es donde uno lo recibe y acumula todo.

Desde que éramos pequeños, todos los mensajes que hemos recibido, todo lo que hemos hecho, todas las experiencias que hemos tenido, todo lo que hemos dicho, todo ha ido a parar al archivo que tenemos justo ahí, en la zona del plexo solar. A mí me gusta pensar que allí hay pequeños mensajeros y que cuando tenemos un pensamiento o una experiencia, los mensajeros reciben el mensaje y lo ordenan en la carpeta o archivo correspondiente. Muchos de nosotros hemos ido archivando allí carpetas con las etiquetas: «No valgo para nada», «Jamás lo conseguiré», «No lo hago bien»... Estamos absolutamente enterrados bajo esos archivos. De pronto nos ponemos a hacer afirmaciones como «Soy una persona maravillosa y me amo». Los mensajeros cogen el mensaje y exclaman: « ¡Pero esto qué es! ¿Adónde va? Nunca hemos visto algo así antes».

Entonces los mensajeros llaman a Duda: « ¡Duda, ven aquí a ver lo que pasa». Así pues, va Duda, coge el mensaje y le pregunta a la conciencia: « ¿Qué es esto? Tú te pasas la vida diciendo otras cosas». A nivel consciente podemos reaccionar de dos formas. Podemos decir: «Ay, tienes toda la razón. No sirvo para nada. Lo siento. Ese mensaje está mal», y volver a nuestros antiguos hábitos. O podemos decirle a Duda: «Estás hablando de los mensajes antiguos, Ya no los necesito. Éste es un nuevo mensaje». Entonces damos la orden a Duda de que abra una nueva carpeta porque desde ahora le van a llegar muchísimos mensajes amorosos. Aprende a tratar a la duda como a una amiga, no como a una enemiga, y agradécele que te consulte.

Tu ocupación en la vida no tiene importancia. Puedes ser el presidente de un banco o ganarte la vida fregando platos; puedes ser un ama de casa o un marino. En tu interior tienes una sabiduría que está conectada con la Verdad Universal. Cuando estás dispuesto a mirar en tu interior y hacer una sencilla pregunta como « ¿Qué trata de enseñarme esta experiencia?», cuando estás dispuesto a escuchar, entonces obtienes la respuesta. La mayoría de nosotros estamos tan ocupados en la producción del «culebrón» que llamamos nuestra vida, que no escuchamos nada.

No cedas tu poder a las imágenes del bien y del mal que tienen otras personas. Los demás sólo tienen poder sobre nosotros si nosotros se lo cedemos. Hay grupos de personas que entregan su poder a otros. Esto sucede en muchas culturas. En la nuestra, las mujeres ceden su poder a los hombres. «Mi marido no me deja», dicen. Ciertamente, eso es ceder el poder. Si tomas esta actitud, te encierras en una celda, en un lugar donde no puedes hacer nada a no ser que obtengas el permiso de otra persona. Cuantos menos prejuicios y más amplio criterio tengas, más aprenderás, y más oportunidades tendrás para crecer y cambiar.

Una vez me contó una mujer que cuando se casó era muy insegura y no sabía hacer valer sus derechos porque de esa forma la habían educado. Le llevó años darse cuenta de que su condicionamiento la mantenía confinada en un rincón. Culpaba a todo el mundo de sus problemas, sobre todo a su marido y a sus parientes políticos. Finalmente se divorció, aunque continuó echando la culpa a su marido de las muchas cosas que no iban bien en su vida. Le llevó diez años reeducarse, cambiar sus pautas y recuperar su poder. Al analizar las cosas retrospectivamente, comprendió que los culpables no eran ni su marido ni sus parientes políticos; era ella la responsable por no hablar y defender sus derechos. Ellos estaban ahí para reflejar lo que ella sentía en su interior: impotencia.

No cedas tampoco tu poder basándote en lo que lees. Recuerdo que hace algunos años leí algunos artículos que aparecían en una conocidísima revista. Resultó que yo sabía algo sobre cada uno de los temas tratados en los artículos. En mi opinión, la información era totalmente equivocada. La revista perdió toda credibilidad para mí y no volví a leerla durante varios años. Tú eres la única autoridad en tu vida, de modo que no pienses que porque algo está en letras de imprenta tiene que ser necesariamente verdad.

El inspirado orador Terry Cole-Whittaker escribió un maravilloso libro titulado
Wat you think of me i none of my business
[Lo que usted piensa de mí no es asunto mío]. Eso es cierto. Lo que tú piensas de mí no es asunto mío, es asunto tuyo. Al final, lo que pienses de mí saldrá de ti a través de vibraciones y retornará a ti.

Cuando tenemos una iluminación, cuando tomamos conciencia de lo que hacemos, podemos comenzar a cambiar nuestra vida. En realidad la vida está aquí para ti. No tienes más que pedir lo que deseas. Dile a la vida lo que quieres y después permite que lo bueno ocurra.

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