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Authors: Nick Hornby

Todo por una chica (26 page)

BOOK: Todo por una chica
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—¿Dónde está? ¿Dónde está? Dejadme verlo —dijo.

Lo dijo con una voz extraña, como fingiendo estar desesperada, pero no hacía más que fingir que estaba fingiendo. Estaba loca por verlo, se notaba. No miró a Alicia ni a mí ni a Andrea; no a la cara, al menos. Sus ojos fueron barriendo toda la habitación en busca del pequeño bulto que pudiera ser su nieto. Al final encontró el bulto en mi pecho, y me lo arrebató.

—Oh, Dios mío —dijo—. Es tú.

Al principio no entendí lo que quería decir. Pensé que estaba diciendo «¡Eres tú!», como se le suele decir a alguien a quien no conoces pero del que has oído hablar mucho, o a alguien que no has visto en muchísimo tiempo y no esperabas ver en ese momento. Así que pensé que estaba muy emocionada al verme de nuevo. Pero lo que quería decir era que Roof era idéntico a mí. Andrea ya había dicho que era idéntico a Alicia y a Rich y a quince miembros más de su familia. Así que me habría sentido bastante confuso si hubiera pensado que cualquiera de ellos eran gente a la que merecía la pena escuchar. Pero no era el caso, al menos entonces. Era gente que se había vuelto bastante loca. Hablaban rápido, reían un montón, y a veces se echaban a llorar casi antes de que hubieran acabado de reírse. Así que no iban a darte una sincera opinión sobre nada.

Mi madre se lo pegó al pecho, y luego lo apartó y lo sostuvo en el aire para poder mirarlo de nuevo.

—¿Cómo ha ido? —dijo, sin dejar de mirar la cara de su nieto.

Dejé que Alicia le explicara lo de que las contracciones se habían parado y lo de los analgésicos y lo de que el bebé se había quedado atascado, y yo me limité a escuchar. Y, mientras escuchaba, las observaba, y empecé a hacerme un verdadero lío sobre quién era quién. Alicia, de pronto, parecía mayor que mi madre, porque había tenido el bebé, y a mi madre aún le faltaban unos meses, y mi madre le hacía preguntas, y Alicia sabía todas las respuestas. Así que mi madre era la hermana pequeña de Alicia, y mi cuñada. La cosa tenía sentido, porque Andrea parecía mucho mayor que mi madre, así que resultaba difícil pensar que fueran las dos abuelas de Roof. Andrea parecía más la madre de mi madre. Y yo no sabía realmente quién era yo. Es una sensación rara, no saber qué relación tienes con cada una de las personas que hay en una habitación. Sobre todo cuando hay lazos que te unen con todas ellas.

—Se llama Rufus —dije.

—Rufus —dijo mi madre—. Oh. Vale.

No le gustaba, se veía a simple vista.

—Alguien que se llama Rufus cantaba cuando el bebé ha nacido —expliqué.

—Podía haber sido peor, entonces, ¿no? Podía haberse llamado Kylie. O Coldplay. Coldplay Jones.

Al menos mi madre fue la primera en hacerlo. En las semanas siguientes oí esa misma broma unas diez mil veces. «Podía haber sido peor, ¿no? Podía haberse llamado Snoop. O Arctic Monkey. Arctic Monkey Jones.» O Madonna, o Sex Pistol, o 50 Cent, o Charlotte. Normalmente eligen el nombre de una mujer cantante y el nombre de un grupo, aunque a veces cambian la cantante por un rapero. Y siempre ponen el apellido después de haber dicho el nombre del grupo, para recalcar lo divertido que resulta. «O Sex Pistol. Sex Pistol Jones.» No ponen el apellido después del nombre de la cantante, no, porque no es tan divertido. «O Charlotte. Charlotte Jones.» Charlotte Jones es un nombre de chica normal, ¿no? No hay ninguna broma en él. En fin, siempre lo están diciendo, como digo, y yo siempre siento que tengo que reírme. Al final dejé de contarle a la gente por qué se llamaba Rufus, por miedo a que un día pudiera acabar rompiéndole la cabeza a alguien.

Fue el apellido, sin embargo, lo que atrajo la atención de Andrea.

—O Bums —dijo.

Mi madre no lo pilló, creo que porque en inglés «burns» es una palabra normal, como «diarrea» o «vomitona». Cuando oyes la palabra «Bums», antes que pensar en algún miembro de la familia de Alicia piensas en algo que se ha prendido fuego. Nosotros no, ya no, pero antes era lo que pensábamos, y lo que pensaba la gente normal y corriente.

—¿Perdón?

—Burns —dijo Andrea—. Coldplay Burns.

Andrea se estaba tomando muy en serio lo del apellido de Roof. Nunca habíamos tenido esa conversación, e íbamos a tener que tenerla tarde o temprano, aunque una hora después del nacimiento del bebé me parecía un poco demasiado pronto. Pero aunque era una conversación seria, resultaba difícil no reírse. Fue la forma en que lo dijo Andrea. Se concentraba en el apellido, así que el nombre lo dijo con la más normal de las normalidades.

—Has dicho Coldplay
Jones
, pero va a ser Coldplay
Burns
, ¿no es cierto? —dijo Andrea.

Capté la mirada de Alicia. También ella trataba de no reírse tontamente. No sé por qué nos parecía que no podíamos reírnos. Quizás porque veíamos con claridad lo serias que estaban las dos abuelas. Pero si nos hubiéramos echado a reír podríamos haberlas desarmado por completo.

—A menos que Alicia y Sam se casen en las próximas semanas, y Alicia tome el apellido de Sam. Posibilidades ambas que me parecen muy poco probables.

Mi madre sonrió con cortesía.

—Creo que en estos casos se puede elegir el apellido, ¿no? Pero no queremos discutir este asunto ahora.

—No creo que haya nada que discutir. Estoy segura de que todos queremos darle a esta criatura el mejor comienzo posible en la vida, y que...

Oh, Dios. Alicia y yo hemos discutido mucho sobre su madre. Alicia dice que en realidad es una persona estupenda, pero que a veces habla sin pensar. No sé si eso tiene sentido. Me refiero a que hay mucha gente que habla sin pensar, eso lo entiendo. Pero si alguien es buena persona o no dependerá de lo que diga, ¿no? Porque, pongamos, si dices algo racista a alguien sin pensarlo, tendrá que significar que eres racista, ¿no? Porque significa que tienes que andar todo el tiempo vigilándote para no decir cosas racistas. Dicho de otro modo, el racismo está ahí todo el tiempo, y necesitas echar mano del cerebro para ponerle freno. Andrea no es racista, pero es una esnob, porque necesita pensar largo y tendido para no decir cosas esnobs. ¿Qué quería decir con eso de que a Roof había que darle el mejor comienzo posible en la vida? La respuesta obvia es que no significaba nada. No importaba en absoluto si se llamaba Coldplay Jones o Coldplay Burns. Cualquiera en su sano juicio pensaría que llamándose Coldplay todo iba a resultarle un problema, ja ja ja... Pero no hay diferencia en los apellidos, ¿no es cierto? Nadie puede saber si el señor Burns es más finolis que el señor Jones con sólo leer estos apellidos en una lista.

Pero no era eso lo que ella quería decir. Lo que quería decir se refería a las familias, ¿no? Estaba tratando de decir que Rufus Jones dejaría el colegio a los dieciséis años para convertirse en padre y encontrar un trabajo de mierda, y no conseguir ni el certificado de bachillerato y muy posiblemente empezar a fumar crack. Pero Rufus Burns, no sé, iría a la universidad y se convertiría en doctor o primer ministro o algo parecido.

—Lo siento —dijo mi madre—. ¿Podrías explicarme eso?

—Yo diría que es obvio —dijo Andrea—. No es por ofender, pero...

—¿No es por ofender? —dijo mi madre—. ¿Cómo se entiende eso? ¿Cómo no va a resultar ofensivo lo que estás a punto de decir?

—No estoy emitiendo una opinión sobre tu familia —dijo la madre de Alicia—. Estoy hablando de hechos.

—¿Y cuáles son los hechos acerca de este bebé? —dijo mi madre—. Ni siquiera tiene una hora.

Era como una película de terror, o algo sacado de una Biblia. Dos ángeles, uno bueno y el otro malo, luchando por el alma de una criatura diminuta. Mi madre era el ángel bueno, y no lo estoy diciendo sólo porque sea mi madre.

Y entonces, antes incluso de que Andrea pudiera exponernos los hechos que afectaban a aquel bebé, entró en la habitación el padre de Alicia. Notó perfectamente que había tensión en el ambiente, porque dijo «Hola» casi en un susurro, como si la mera palabra fuera capaz de hacer que alguien estallara.

—Hola, Robert —dijo mi madre. Y se levantó y le dio un beso en la mejilla, y le tendió a Roof—. Enhorabuena.

Robert lo sostuvo durante un momento, y se emocionó un poco.

—¿Cómo ha ido? —dijo.

—Alicia ha estado genial —dijo Andrea.

—Es tú —dijo Robert. Y esta vez supe lo que quería decir. Quería decir que el bebé era igualito que su hija.

—¿Tiene ya nombre?

—Rufus —dije—. Roof.

—¿Roof? —dijo Alicia. Y se echó a reír—. Me gusta. ¿De dónde te lo has sacado?

—No sé —dije—. Pensé que...

Iba a decir que pensé que todo el mundo le llamaría Roof, pero me callé.

—Rufus —dijo el padre de Alicia—. Sí. Muy bien. Le va.

—Rufus Jones —dijo Alicia.

No creo necesario contar la retahila de lágrimas que vino a raíz de esto. Pero Alicia no dio su brazo a torcer, y Rufus Jones se llamó y Rufus Jones se llama, desde aquel mismo día. Fue la forma de Alicia de decirme algo, y de decírselo también a mi madre. No sé exactamente qué. Pero algo bueno.

15

Rufus nació el 12 de septiembre. Si las contracciones de Alicia no hubieran cesado, habría nacido el 11 de septiembre, lo cual habría sido increíble, la verdad, a pesar de que montones y montones de personas deben de haber nacido el 11 de septiembre desde el 11—S. En fin, ya hay bastantes cosas de las que preocuparse para que tengamos que preocuparnos de las cosas que no han sucedido.

El 13 de septiembre me mudé a casa de Alicia. Ella vino a casa después del almuerzo, y yo volví a casa e hice una maleta, y mi madre y Mark me llevaron en coche a casa de Alicia. Estuve mareado más o menos todo el día. Supongo que era añoranza de mi propia casa, pero ¿cómo iba a saberlo, si jamás había estado alejado de ella mucho tiempo? Había ido de vacaciones con mi madre, y había pasado una noche en Hastings, y eso era todo.

—Tienes que ver cómo van las cosas —me dijo mi madre—. No es para siempre, ¿no? Nadie espera que te quedes hasta que..., ya sabes, hasta que..., bueno, mucho tiempo...

No la censuré por tirar la toalla y no terminar la frase. No había forma de acabarla de forma aceptable.

Tenía razón. Yo, en mi interior, lo sabía. Pero ¿cuánto tiempo era «no para siempre»? ¿Un par de días? ¿Una semana? ¿Un año?

Me acordaba de lo que había dicho mi padre al dejar de fumar. Había dicho: «Lo que tienes que preguntarte a ti mismo todo el tiempo es: ¿quiero un pitillo ahora, en este mismo segundo? Porque si la respuesta es no, entonces no te lo fumas. Y si piensas que puedes sobrevivir a ese segundo, ya estás camino del segundo siguiente. Y así es como has de vivir.» Y eso es lo que me decía a mí mismo: ¿Quiero irme a casa ahora, en este mismo minuto? Y si pienso que soy capaz de resistir un minuto más, estaré pasando al minuto siguiente. No debía preocuparme por el día siguiente, por la semana siguiente, por el mes siguiente.

No era una forma muy relajante de vivir, la verdad. No vivir en tu propia casa.

Andrea nos hizo pasar a los tres, y subimos a la segunda planta y entramos en el cuarto de Alicia. Lo habíamos decorado un poco durante el verano, tal como ya sabía que haríamos. Habíamos quitado el póster de Donnie Darko, y puesto en su lugar el abecedario rosa, así que el cuarto no era de color tan púrpura como en el pasado. Alicia le estaba dando el pecho a Roof.

—Mira, Roof —dijo—. Es papá. Ha venido a vivir con nosotros.

Intentaba que el tono fuera tierno, supongo, pero a mí no me hizo sentirme mucho mejor. La cosa no habría estado tan mal si Roof hubiera girado la cabeza y dicho, por ejemplo: «¡Hurra!, papá!» Pero no lo hizo, porque tenía un día.

—...A estar un tiempo con nosotros —dijo mi madre.

—A vivir con nosotros —dijo Alicia.

Hay un montón de cosas por las que no me parece que merezca la pena discutir. En el colegio, se oye continuamente toda esa mierda sobre quién va a aplastar a quién y demás. El Arsenal va a aplastar al Chelsea. El Chelsea va a aplastar al Arsenal. Y yo pienso: Dejadles jugar a uno y a otro. Y la mitad de las veces empatan, de todas formas. En aquello era lo mismo. Nadie sabía nada. Había que dejar que el futuro sucediera, pensaba yo. Que era una cosa nueva que pensar, habida cuenta de que me había pasado media vida preguntándome y preocupándome por lo que iría a suceder.

No había sitio para todo el mundo, pero nadie se movió. Mi madre y yo nos sentamos al pie de la cama. Andrea estaba indecisa en el umbral. Mark se apoyaba en la pared contigua a la puerta. Nadie decía nada, y todos fingíamos observar cómo mamaba Roof, lo que equivalía a mirarle los pechos a Alicia. Supongo que no importaba si quienes lo hacían eran mi madre o Andrea, pero la cosa se ponía bastante más difícil si eras varón. Yo tenía un poco de práctica en evitar mirar pechos, adquirida en las clases de NCT (y allí no era más que un póster). Alicia era real. Obviamente. Miré a Mark. A él no parecía importarle, pero no podía saber si se trataba sólo de un fingimiento o de verdad no se sentía violento en absoluto. Lo cierto es que, si miraba hacia otra parte —como había hecho yo en aquel mismo momento, para ver hacia dónde miraba Mark—, todo el mundo se daba cuenta de que estabas pensando en ello, lo cual era igual de embarazoso. Así que, de una forma u otra, acababas sintiendo que estabas haciendo algo malo.

—Está muy inquieto, ahora —dijo Alicia—. Creo que hay demasiada gente en el cuarto.

—Esperaré fuera —dijo Mark rápidamente, así que supe que ya había tenido bastante de observación del techo. Mi madre y Andrea no parecían haber oído a Alicia.

—Yo también —dije yo.

—Tú no tienes que irte —dijo Alicia—. Tú vives aquí.

Mi madre no dijo nada, pero vi que estaba pensando en lo que había dicho Alicia. Y no pensaba en otra cosa. Estaba claro que no estaba pensando en si Alicia acababa de dejar caer una ligera insinuación sobre quién debía irse y quién quedarse.

—He dicho: TÚ VIVES AQUÍ —repitió Alicia.

—Y yo también —dijo Andrea.

—No, aquí no vives —dijo Alicia—. No en este cuarto.

—Ni Sam tampoco —dijo mi madre—. Está residiendo aquí durante un tiempo.

—Creo que lo que Alicia está diciendo —dije— es que quiere que se vaya todo el mundo menos yo.

—Y Roof —dijo Alicia con voz de bebé.

—Sé pillar una indirecta —dijo mi madre, lo cual tenía gracia, porque había tenido que decírsele que había pasado por alto una insinuación—. Llámame luego —dijo, y me besó en la mejilla.

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