Trilogía de la Flota Negra 3 La Prueba del Tirano (46 page)

BOOK: Trilogía de la Flota Negra 3 La Prueba del Tirano
10.85Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

[¡Háblame para que pueda saber dónde estás!]

No hubo ninguna respuesta, lo que arrancó un amenazador gruñido de frustración a Chewbacca. Con Shoran cubriéndole la espalda, el enorme wookie avanzó lentamente por el pasillo, inspeccionando cada celda con una rápida mirada antes de presionar los gatillos de sus armas.

[Olvídate de esas cosas], le apremió Shoran. [Esto es una especie de invernadero... Han Solo tiene que estar prisionero en otro lugar. Tenemos que seguir adelante.]

Chewbacca pegó el rostro a los barrotes de la puerta de la celda y contempló al tembloroso yevethano encogido sobre sí mismo en un rincón.

Después le enseñó los dientes y dejó escapar un ominoso gruñido.

[¡Salgamos de aquí!], insistió Shoran, tirando de Chewbacca para alejarlo de la puerta de la celda.

Un silencio fantasmagórico seguía envolviendo al
Halcón
.

Desde las tórrelas artilleras, Lumpawarump y Dryanta podían contar docenas de cazas que iban y venían por encima del casco del Destructor Estelar en una obvia búsqueda del intruso..., y que parecían ser inexplicablemente incapaces de localizarlo. Un caza había pasado a sólo setenta metros de la nave, deslizándose tan cerca de ella que Dryanta pudo ver el rostro del piloto, tan cerca que Lumpawarump tuvo que hacer un considerable esfuerzo de voluntad para mantener las manos apartadas de los gatillos activadores de la batería cuádruple Dennia.

Los informes que Jowddrl había empezado a enviar por el comunicador desde su puesto de vigilancia en la escotilla resultaban todavía más extraños.

[Que alguien me hable], había dicho de repente.

[Estamos aquí], le aseguró Dryanta.

[Acabo de tener visitas], dijo Dryanta. [Nueve yevethanos casi tan grandes como Shoran y armados como los soldados de las tropas de asalto han estado por aquí.]

[Vamos a echarte una mano], dijo Lumpawarump.

[No, seguid en vuestros puestos... Ya se han ido. Pero no sé por qué], dijo Jowdrrl. [Echaron un vistazo a los cadáveres del pasillo, estuvieron hablando entre ellos durante un par de minutos y después pasaron justo por delante de la escotilla cuando se fueron.]

[Eso no tiene ningún sentido], protestó Lumpawarump.

[Ya lo sé. Estaba preparada para enfrentarme a ellos cuando se lanzaran sobre mí, pero ni siquiera miraron hacia aquí... Era como si fueran incapaces de ver que en el mamparo había un agujero lo bastante grande para que pudieran pasar por él.]

[Igual que los cazas de ahí arriba], dijo Dryanta, y en su voz había tanto asombro como preocupación. [Es como si nos hubiéramos vuelto invisibles.

No lo entiendo.]

El bloque de detención número dos también había sido modificado, aunque estaba totalmente desierto. Pero cuando Chewbacca y Shoran acabaron de inspeccionarlo y se dispusieron a salir de él, su ruidosa entrada ya había atraído al pasillo exterior a una pequeña multitud de soldados yevethanos.

Los dos wookies intercambiaron una rápida mirada y atravesaron de un salto los restos de la puerta blindada, adoptando la posición de combate espalda-contra-espalda apenas hubieron salido de ella. El azar quiso que Chewbacca tuviera cinco blancos delante de él, en tanto que Shoran se encontraba con ocho.

Chewbacca soltó un rugido de desafío y barrió el pasillo con un diluvio de haces desintegradores. El último de sus blancos se estaba tambaleando en el último instante de la agonía antes de caer al suelo cuando Chewbacca oyó que Shoran dejaba escapar un gruñido ahogado y notó cómo su cuerpo se derrumbaba sobre su espalda. Una vaharada de olor a pelo quemado y sangre recién derramada llegó a las fosas nasales de Chewbacca.

Chewbacca giró sobre sus talones y logró agarrar a Shoran con una mano antes de que pudiera caer al suelo, y a continuación eliminó a los dos enemigos que todavía permanecían en pie con una salvaje ráfaga del desintegrador que sostenía en la otra mano.

Después concentró su atención en el flácido peso inmóvil sobre la curva de su brazo..., y lo que vio hizo que aullara con una nueva furia y lanzase una docena de haces desintegradores más contra los cadáveres esparcidos por el suelo.

[¡Shoran ha caído!], gritó por el comunicador en cuanto el ciego impulso asesino se hubo disipado. [Ven a recogerle, Dryanta.]

Lumpawarump fue el primero en llegar a la escotilla, adelantándose a Dryanta por tres pasos.

[Me voy], le dijo a Jowdrrl. [Conozco el mapa. No me necesitas en la torreta, y Dryanta no debería ir sola.]

Jowdrrl vio el brillo de la decisión en sus ojos y la impaciencia que impregnaba toda su postura, y no intentó discutir.

[Vete], dijo. [Pero recordad que los yevethanos pueden veros con toda claridad.]

El joven wookie bajó la mirada hacia sus manos, colocó el control de potencia de su desintegrador en la posición de CONECTADO con un seco chasquido metálico y comprobó el nivel de energía.

[No lo olvidaremos], dijo. [¿Dryanta?]

Dryanta le empujó desde atrás.

[Ve delante.]

Se encontraron con Chewbacca a mitad de camino hacia el bloque de detención número dos. Dryanta aceptó el cuerpo de Shoran sin decir ni una palabra y volvió corriendo al
Halcón
, dejando a Lumpawarump con su padre.

Chewbacca y Lumpawarump permanecieron inmóviles durante unos momentos y se miraron a los ojos, el primero buscando fuerza y el segundo aprobación.

Después Chewbacca soltó un gruñido y giró sobre sus talones.

[Sígueme], dijo. [Protégeme la espalda.]

El bloque de detención número uno estaba vigilado por media docena de yevethanos armados, lo cual hizo que Chewbacca concibiera nuevas esperanzas. Pero cuando él y su hijo se hubieron abierto paso a tiros a través de aquella interferencia, sólo encontraron más hileras de aquellos sacos de aspecto carnoso, repugnantemente distendidos, colgados dentro de las celdas.

[Estamos tardando demasiado... Hay demasiados sitios en los que podría estar], dijo Chewbacca, cada vez más enfurecido. [A estas alturas ya lo habrán matado o lo habrán trasladado a otro lugar.]

[Padre, cuando pienso en Han no lo veo en un lugar como éste...]

[No hables... He de reflexionar.]

[Sigo viendo a Han en una gran sala llena de gente. Todos los prisioneros son de especies distintas. No sé de dónde procede esa imagen, pero...]

[No puedo creer lo que me estás diciendo], replicó Chewbacca.

Pero las palabras de Lumpawarump también habían introducido la misma imagen en su mente.

[Y sin embargo veo lo que veo, padre. Viene a mí sin que mi imaginación intervenga para nada. ¿Es un engaño?]

[¿Cuándo se te presentó por primera vez esta visión?]

[Cuando estaba en la tórrela..., y no quiere marcharse. Es muy insistente.]

Chewbacca gruñó y disparó al azar contra el techo. Pensar en Han había pasado a estar inexplicablemente unido con una visión extrañamente detallada de un gran compartimento de techo muy alto a medio llenar por lo que parecía todo un zoo de especies distintas. La imagen tampoco quería abandonar su mente, y Chewbacca descubrió que era incapaz de visualizar a Han en cualquier otro entorno.

[Esto es terriblemente molesto..., y no lo entiendo.]

[Padre, ¿y si el enemigo ha capturado muchos rehenes? ¿Y si Han sólo es uno más entre centenares? ¿Dónde estaría entonces?]

Oyeron ruidos en el pasillo exterior, y Chewbacca fue hacia los restos de la puerta de seguridad.

[Esa imagen de tu mente en la que ves a Han...], dijo con voz pensativa. [¿Hay alguna clase de marca de identificación en las paredes, algún número o palabra?]

Lumpawarump cerró los ojos.

[Sí. Sí, en la pared... D-dos.]

Chewbacca estaba viendo exactamente lo mismo, escrito con grandes letras negras en la parte superior del mamparo por encima de los prisioneros:

CARGA D2

[¡Los compartimentos de detención de masas!], rugió. [¡Ven conmigo!]

Chewbacca y Lumpawarump se abrieron paso hasta el compartimento de carga D2 luchando codo a codo a lo largo de cada metro del camino. Lo más sorprendente fue que la resistencia parecía debilitarse en vez de ir reforzándose a medida que avanzaban, casi como si estuvieran moviéndose demasiado deprisa para que sus perseguidores pudieran encontrarles..., o como si la carnicería que iban dejando tras de sí hiciera que muchos yevethanos se lo pensaran dos veces antes de interponerse en la trayectoria de una incontenible carga wookie.

Pero los guardias y las patrullas con los que se encontraron lucharon tenazmente, y no hubo ni un solo instante en el que huyeran o se dejaran dominar por el miedo. Armados o desarmados, solos o en grupos, los yevethanos plantaron cara a los intrusos con un estúpido coraje que los convertía en blancos fáciles y en amenazas persistentes. Chewbacca y Lumpawarump se vieron obligados a disparar sobre cualquier cosa que se moviera, y tuvieron que seguir disparando hasta que dejaba de moverse.

Cuando por fin divisaron su objetivo, el indicador del rifle desintegrador de Lumpawarump se estaba aproximando a la zona de reserva y los indicadores de las dos armas de Chewbacca ya estaban a punto de entrar en la zona roja de la falta de energía.

Un último obstáculo a superar se alzaba delante de ellos. A diferencia de lo que hubiese ocurrido en los bloques de detención, abrir un agujero en el mamparo con una granada pondría en peligro las vidas de los ocupantes del compartimento de carga. Pero las puertas seccionales del compartimento estaban vigiladas por media docena de yevethanos que se habían desplegado delante de ellas tras la protección de un par de escudos portátiles imperiales. Los paneles curvados que les llegaban hasta la altura de la cintura contenían tanto generadores de escudos de rayos como absorbedores de energía, y mientras se mantuvieran detrás del arco de los escudos, los yevethanos no tendrían nada que temer de los desintegradores manuales.

Lo peor de todo era que las puertas del compartimento se encontraban al otro lado de una cubierta de vuelo de cien metros de anchura. En circunstancias normales esa cubierta servía para acoger a algunos de los cazas que estaban buscando el
Halcón
en aquellos momentos, y no ofrecía la más mínima cobertura de ninguna clase cuando los cazas no estaban en ella.

[Dame tu arco de energía], dijo Chewbacca mientras se agazapaban en la escotilla.

Lumpawarump descolgó el arma de su hombro e inició el gesto de entregársela a su padre, pero se sorprendió al ver que no había ninguna mano extendida ante él para aceptarla. En vez de tomar su arma, Chewbacca le estaba ofreciendo las pequeñas esferas conocidas con el nombre de centros de oruga que formaban el núcleo de los dardos explosivos.

[Primero los escudos], dijo Chewbacca, señalándolos con su desintegrador.

[Después concéntrate en los enemigos de la izquierda y de la derecha.

Probablemente eso bastará para evitar que los otros puedan moverse y los mantendrá agrupados, con lo que ofrecerán un blanco más fácil. Debes disparar todo lo deprisa que te permita hacerlo tu arco de energía..., como cuando estás intentando cazar un flarion antes de que la manada tenga tiempo de dispersarse y encontrar refugio en la espesura.]

[Sí, padre.]

[Yo haré que tengan que dividir su atención entre los dos, de la misma manera en que siempre das un trozo de carne al tharriarr para distraerlo], siguió diciendo Chewbacca. [Intenta mantener alejados tus dardos de mi espalda, hijo.]

Lumpawarump se rió.

[Y tú intenta no pasar corriendo por delante de la mira de mi arma, padre.]

Chewbacca conectó su comunicador con una presión del pulgar.

[Jowdrrl.]

[Estoy aquí, primo.]

[Prepárate para llevar a cabo una recogida en la cubierta de vuelo que se encuentra directamente delante de tu posición.]

[Sellaré la compuerta y estaré esperando tu llamada.]

Chewbacca se volvió hacia Lumpawarump.

[Esto va a ser tu hrrtayyk.]

[Estoy preparado.]

Chewbacca movió la mano y Lumpawarump se incorporó en la escotilla, levantando el arco de energía hacia su pecho mientras se erguía. El primer dardo explosivo salió disparado del arma antes de que el joven wookie hubiera acabado de incorporarse, y el segundo ya estaba hendiendo el aire antes de que Chewbacca hubiese dado su primera larga zancada sobre la cubierta de vuelo.

Las explosiones gemelas que tuvieron lugar un instante después fueron tan compactas como concentradas. Un escudo fue violentamente impulsado hacia atrás, y el impacto derribó a dos yevethanos. El otro escudo sencillamente se hizo añicos, y la onda expansiva roció la cubierta, el mamparo y a los guardias con un diluvio de cortantes fragmentos de bordes muy afilados.

Lumpawarump continuó disparando, persiguiendo a sus enemigos a través de la humareda como si fueran sombras agazapadas entre la maleza. Un dardo quemó el tórax de un guardia yevethano, y el siguiente hizo que su compañero rodara por el suelo tan nacidamente como si fuese una muñeca de trapo.

Y entonces Chewbacca dejó escapar un aullido aterrador y empezó a rociar la cubierta de vuelo con los haces letales de su desintegrador. El aullido contenía toda la pena por la pérdida de Shoran y toda la furia por lo que le habían hecho a Han, y atrajo la atención de los guardias supervivientes. Con el anhelo de venganza de Chewbacca impulsando sus largas piernas, el wookie atravesó la cubierta moviéndose a una velocidad asombrosa. Ninguno de los escasos haces desintegradores disparados contra él consiguió acercarse a más de un par de metros de su objetivo.

Cuando Chewbacca llegó a lo que quedaba del puesto de guardia, el enemigo ya no disparaba. Todos los guardias habían caído, víctimas de la mano firme y el ojo de verdadero cazador de Lumpawarump. Tres guardias todavía parecían tener deseos de luchar a pesar de las terribles heridas infligidas por el arco de energía..., pero Chewbacca estaba más que dispuesto a satisfacer sus deseos.

El wookie aplastó el pecho del guardia que estaba intentando levantarse de la cubierta y después se lanzó sobre la espalda de otro enemigo y le rompió el cuello con un salvaje movimiento de rotación. Chewbacca se apartó velozmente del cadáver antes de que se desplomara y se encontró cara a cara con el último guardia.

El yevethano sangraba profusamente a causa de las múltiples heridas de metralla esparcidas por su hombro y su mejilla derecha, y las placas de su tórax estaban chamuscadas y burbujeaban. El guardia hendió el aire con sus garras y Chewbacca respondió con un rugido de desafío. Los dos enemigos se lanzaron a la carga y se encontraron en una colisión que habría dejado inconscientes a criaturas menos fuertes que ellos.

BOOK: Trilogía de la Flota Negra 3 La Prueba del Tirano
10.85Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

Mad Love by Suzanne Selfors
Slightly Shady by Amanda Quick
Blue Smoke by Nora Roberts
Harsh Oases by Paul Di Filippo
THE TRASHMAN by Terry McDonald