Trilogía de la Flota Negra 3 La Prueba del Tirano (44 page)

BOOK: Trilogía de la Flota Negra 3 La Prueba del Tirano
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—Lo único que le pido es que los datos no salgan de esta nave bajo ninguna forma a través de ningún canal hasta que los entendamos mejor. Si lo que tiene en sus manos realmente es la clave que puede permitirnos detener y controlar al Vagabundo...

—Comprendo. Un navío qella intacto supondría un tesoro tan tremendamente valioso que no debería ser expuesto a ningún riesgo. Estos datos permanecerán en todo momento bajo mi custodia personal —prometió Eckels—. Llevaré a cabo todo el trabajo personalmente y bajo protocolos de aislamiento. ¿Se dará por satisfecho con esas precauciones?

—Totalmente —dijo Pakkpekatt—. Mientras tanto, volveremos a nuestra nave con el satélite de difusión orbital y proseguiremos nuestros preparativos.

—Le avisaré cuando tenga algo —dijo Eckels, agitando las tarjetas de datos—. ¿Sabrán volver al esquife ustedes solos? Quiero empezar a trabajar inmediatamente.

—Por supuesto.

—Gracias. Haré que el primer oficial Manazar se reúna con ustedes allí para entregarles el satélite.

Mientras esperaban a Manazar junto al esquife, Taisden se volvió hacia el coronel.

—¿Cuándo va a contarle que el general está a bordo del Vagabundo? —preguntó en voz baja.

—Cuando sepa que Calrissian sigue estando a bordo —respondió Pakkpekatt—. A estas alturas, e incluso con el racionamiento más prudente y la restricción de actividades más severa imaginable, ya habrán agotado sus consumibles personales. Me he estado preguntando si ésa podría ser la explicación de esa llamada de baliza dirigida al
Dama Afortunada
: quizá fuese un último acto de desesperación llevado a cabo por el último superviviente del equipo de Calrissian durante las últimas horas de su vida.

Las sombrías perspectivas que las palabras de Pakkpekatt hicieron surgir en sus mentes permanecieron con ellos durante todo el trayecto de vuelta al
Dama Afortunada
, y proyectaron una larga sombra sobre el trabajo que les aguardaba allí.

En vez de comunicarse con ellos, el doctor Eckels fue a hacerles una visita. Cuando el esquife quedó atracado junto al flanco del
Dama Afortunada
, toda su tripulación se había reunido en el acceso para averiguar a qué obedecía aquel cambio de planes.

—Coronel... —dijo Eckels, agachando la cabeza mientras cruzaba la escotilla interior—. Agente Taisden. En cuanto a estos caballeros, me temo que no los conozco...

Pakkpekatt se encargó de proporcionar unas rápidas presentaciones.

—¿Ha surgido algún problema, doctor?

—¿Problema? No, no... Todo lo contrario, de hecho. Creo que tengo buenas noticias para ustedes. ¿Hay algún sitio en el que podamos trabajar?

Pleck les precedió hasta la sala de la suite personal de Lando.

—Me temo que deberá ir despacio y tener un poco de paciencia con nosotros, doctor —dijo Hammax mientras entraban en la sala—. La medicina de combate es una asignatura que no presta mucha atención a la teoría, y no creo que los demás puedan contar ni siquiera con esa pequeña ventaja.

—Comprendo. Intentaré asegurarme de que nadie se vea obligado a convertirse en un telépata para poder ir siguiendo mis explicaciones —dijo Eckels, y en su voz había una sombra casi imperceptible de ironía.

—Una política excelente —gruñó Pakkpekatt—. Yo también la sigo.

Taisden carraspeó. Por lo demás, hubo un silencio absoluto mientras los cinco se instalaban en los asientos disponibles.

—¿Ha examinado los otros cadáveres para averiguar si contenían cuerpos Eicroth? —preguntó Pakkpekatt.

—Fue lo primero que hice —respondió Eckels. Después deslizó las manos sobre la suave capa de cuero que recubría el acolchado de los brazos del sillón y recorrió el camarote con la mirada, fijándose en todas sus lujosas comodidades e instalaciones—. ¿Todas las naves de la INR están equipadas con tanta opulencia?

—Generalmente no —dijo Pakkpekatt.

—Decidimos emplear una nave diseñada para..., para usos especiales —añadió Pleck.

—Me pregunto cuáles pueden ser esos usos especiales. ¿La utilizan como burdel, quizá? —preguntó Eckels—. Bueno, da igual. Ya llevo mucho tiempo sospechando que elegí la carrera equivocada. Sí, los cuerpos Eicroth... Todos los restos los tenían.

—Entonces eso lo confirma, ¿verdad? —preguntó Taisden—. Los cuerpos Eicroth son partes normales de la fisiología de los qellas.

—Por sí solo, eso ya constituiría una indicación a tener en cuenta —dijo Eckels—. Aun así, no podríamos descartar la posibilidad de hallarnos ante una potente infestación parasitaria. Pero dispongo de otras evidencias.

Taisden miró a Pakkpekatt.

—Eso significa que lo que debemos hacer es transmitir las tres secciones del código.

—No, no —dijo Eckels, agitando las manos por delante de él—. Debería bastar con transmitir una tercera parte. Esperen, se lo explicaré... En sus células y en las mías, e incluso en las del coronel, existe una pauta universal, un alfabeto químico formado por cuatro letras, un vocabulario de palabras que tienen dos letras de longitud y una gramática de frases que tienen tres palabras de longitud.

—Los nucleótidos, los pares de base y los codones —dijo Pakkpekatt—. Eso es biología elemental.

Eckels entrecerró los ojos mientras volvía la mirada hacia el coronel.

—Sí —dijo—. Cada frase especifica un componente de una estructura bioquímica. Las instrucciones para construir una determinada estructura pueden tener centenares de miles de párrafos de longitud.

Pleck se inclinó hacia adelante en su asiento.

—¿Y los qellas también forman parte de esa pauta?

—Sí... y no —dijo Eckels—. La mayoría de las células de los qellas, y eso incluye a las células reproductivas, utilizan el mismo alfabeto, el mismo vocabulario y la misma gramática. —Eckels sonrió y asintió para sí mismo—. Pero los cuerpos Eicroth utilizan un alfabeto totalmente distinto que tiene seis letras, y emplean frases de cinco palabras. Y además utilizan esas proteínas extraordinariamente extendidas para construir estructuras que parecen existir justo en la línea divisoria entre lo vivo y lo que no está vivo.

—¿Está seguro? —preguntó Pakkpekatt—. ¿Y cómo es que las personas que los descubrieron no sabían nada de esto?

—Porque yo dispongo de algo que no estaba a su alcance..., y lo mismo puede decirse de usted. —Eckels se recostó en su asiento y entrelazó los dedos sobre su regazo en una actitud que dejaba muy claro hasta qué punto estaba disfrutando de la extasiada atención de sus oyentes—. No disponían de ningún ejemplo del producto acabado para compararlo con esas instrucciones. Yo dispongo de seiscientos.

—¿Seiscientos? —exclamó Hammax—. ¿Dispone de seiscientos cadáveres?

—Artefactos —le corrigió Pakkpekatt.

—Sí —dijo Eckels, enarcando una ceja—. Dispongo de seiscientos artefactos qellas... No, a partir de ahora vamos a necesitar una palabra nueva para referirnos a ellos. Cuando redactamos nuestros informes dijimos que habían sido fabricados a partir de materiales naturales. Ahora sabemos que no fueron fabricados, sino que... crecieron. Los cuerpos Eicroth contienen sus planos.

—¿Y ha podido establecer una correspondencia clara entre sus artefactos y las secuencias que le proporcionamos?

—En todos los casos —dijo Eckels—. ¿Entiende lo que estoy diciendo, coronel?

—Sí —dijo Pakkpekatt.

—No —dijo Hammax.

Eckels se volvió hacia el soldado.

—Cada ser inteligente hereda los recuerdos de su especie tanto a través de la mente como del cuerpo. Ah, sí, la antigua dualidad —dijo, empleando un tono de voz casi ferviente—. Los humanos encontramos una forma de extender nuestra memoria registrando nuestros pensamientos y recopilándolos en bibliotecas. Los qellas, hace ya mucho tiempo y no sabemos dónde, encontraron otra forma y transportan sus bibliotecas dentro de sus cuerpos.

—¿Y de qué manera nos ayuda eso?

—A mí también se me sigue escapando algo —dijo Taisden—. A juzgar por lo que ha dicho, me parece que sería mucho más importante que transmitiéramos toda la base de datos.

La desilusión que estaba experimentando Eckels ante la respuesta que habían obtenido sus revelaciones resultó claramente evidente en su rostro.

Se había presentado ante ellos con un tesoro del que se sentía inmensamente orgulloso, pero los enviados de la INR no poseían los conocimientos necesarios para apreciar su belleza.

—La base de datos está formada por tres componentes —dijo con una mezcla de impaciencia e irritación—. Esos tres componentes son las células somáticas, los cuerpos Eicroth inferiores y los cuerpos Eicroth superiores. La correspondencia con cada uno de los artefactos qella que hemos encontrado puede ser hallada en los cuerpos inferiores. Después tenemos su fragmento del rompecabezas, y me estoy refiriendo a su diálogo con el Vagabundo. Disponen de dos transmisiones de naturaleza interrogativa y de una réplica exitosa, ¿no?

—Que aparecen en los cuerpos Eicroth superiores —dijo Pakkpekatt.

—Sí —dijo Eckels, contemplando al hortek con una expresión tan llena de esperanza como la que habría empleado con un estudiante que por fin estuviera a punto de entender sus explicaciones.

—Y eso es lo que son los cuerpos superiores —dijo Pakkpekatt—. Son las instrucciones para construir una nave estelar que es algo más que un objeto inanimado y algo menos que un ser vivo. La nave que estamos persiguiendo no fue diseñada o inventada..., sino que fue recordada.

—Sí —dijo Eckels, relajándose en su asiento y permitiendo que sus labios se curvaran en una sonrisa llena de alivio—. Sí, coronel... No sé cómo lo ha conseguido, pero por lo menos usted ha acabado entendiéndolo.

—Y esas secuencias... ¿Piensa que contienen algún código que hará que el Vagabundo regrese a Qella? —preguntó Taisden.

—¿Desea la opinión de un experto o una opinión personal?

—Si puedo elegir, prefiero tener dos opiniones por el precio de una.

—El experto prefiere no opinar debido a la falta de pruebas en las que apoyarse —dijo Eckels—. Pero personalmente, y dado que no ha ido a ningún otro sitio en todo este tiempo, sospecho que la idea original era que el Vagabundo volviera aquí.

—¿Qué probabilidades hay de que lo que nos proponemos hacer sólo sirva para confundirlo..., algo así como lo que ocurriría si accionáramos todos los interruptores al mismo tiempo?

Eckels meneó la cabeza.

—Me está pidiendo unas garantías que se encuentran más allá de los límites de mis capacidades profesionales y que no estoy en condiciones de ofrecerles...

Y de repente el estridente sonido de las alarmas invadió tanto la suite como el pasillo que se extendía más allá de ella. Taisden fue el primero en salir de la sala por dos pasos de ventaja, y ya la había aumentado a cinco cuando llegó al puente.

—La reunión ha terminado —anunció a los demás mientras se instalaba en el asiento número dos—. Será mejor que vuelva inmediatamente al
Abismos de Penga
, doctor. Coronel, quizá deberíamos haber dedicado un poco más de tiempo a discutir qué haríamos después de que la presa hubiera metido una pata dentro de nuestro lazo.

—¿De qué está hablando? —preguntó Eckels—. ¿Qué está ocurriendo, coronel?

Taisden envió la imagen del sensor de largo alcance a la pantalla primaria, y después meneó la cabeza con expresión asombrada mientras la contemplaba.

—Véalo usted mismo —dijo—. El Vagabundo acaba de entrar en el sistema..., y viene hacia aquí.

9

El director de Alfa Azul estaba echando una siesta en su sillón, con su despacho iluminado únicamente por la suave claridad azulada que brotaba de su pantalla primaria. Con los zapatos quitados y los dos cierres superiores de su blusa de civil abiertos, Drayson parecía un viejo solterón que se hubiera quedado dormido delante de su aparato de holovisión.

—¿Almirante Drayson?

Los ojos de Drayson se abrieron de golpe y se encontraron con el rostro de la mayor Aama, uno de los miembros más veteranos de su sección de facilitadores.

—¿Sí?

—Dijo que quería que se le avisara inmediatamente en el caso de que hubiera alguna novedad, almirante, y los chicos de seguimiento acaban de enviar un informe sobre el
Halcón Milenario
.

—Siga.

—El
Halcón Milenario
ha llegado al sistema de N'zoth —dijo Aama, dándose la vuelta para dirigir un controlador hacia la pantalla—. Se encuentra a mil doscientos radios por debajo del planeta, por lo que parece lógico suponer que están inspeccionando el sistema antes de entrar en él.

—Si quieren llevar a cabo un salto de intercepción próxima tendrán que hacerlo, desde luego —dijo Drayson, inclinándose hacia adelante y frotándose los ojos—. ¿Y el
Orgullo de Yevetha
? ¿Sigue dentro del sistema?

—Sigue dentro del sistema, y sigue estando en órbita alrededor de N'zoth. Pero por lo que parece, esa zona empieza a estar un poco concurrida: cuatro tipos imperiales más han hecho acto de presencia en los alrededores, y seis tipos-I han despegado del planeta.

—Incluya toda esa información en el paquete de actualización y envíelo inmediatamente.

—Ya me he ocupado de ello.

Drayson se recostó en su sillón.

—Así que ahora tenemos a dieciséis pesos pesados dando vueltas por ahí —dijo con voz pensativa—. No son las mejores noticias posibles para la gente de Chewbacca, desde luego... ¿De qué recursos disponemos en la zona?

—Hay cuatro sondas de éxtasis en posición, y dos más que se dirigen hacia las coordenadas asignadas.

—Echemos un vistazo a los datos —dijo Drayson, señalando la pantalla con un gesto de la mano—. Quizá tengamos que empezar a pensar en sacrificar una o más de esas sondas si eso permite que el
Halcón
tenga alguna probabilidad de salirse con la suya.

—Sí, señor. Me parece que probablemente podríamos crear algún tipo de diversión. Señor, ¿está seguro de que quiere que sigamos manteniendo el silencio informativo en lo que concierne a la princesa? Saber lo que estamos haciendo podría serle de mucha ayuda en estos momentos tan difíciles...

—No mientras haya tantas probabilidades de que todo acabe saliendo mal —dijo Drayson con firmeza—. Incluso con la información que hemos podido transmitir a Chewbacca a través de Formayj, no creo que los wookies tengan más de una probabilidad entre veinte de entrar allí y salir de una pieza. En cuanto a encontrar a Han con vida... —Drayson suspiró—. Pero aun así, seguramente tienen más probabilidades de conseguirlo que las que tendría cualquier otro equipo de rescate. ¿Y Ackbar? ¿Todavía le está dando vueltas a esa idea suya de enviar un grupo de batalla como fuerza de apoyo para un equipo de recuperación Jedi?

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