Read La Cueva del Tiempo Online

Authors: Edward Packard

Tags: #GusiX

La Cueva del Tiempo (5 page)

BOOK: La Cueva del Tiempo
11.84Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Lentamente desenvainas tu cuchillo y corres hacia la cueva. El lobo sale disparado detrás de ti. Salta y desgarra tu abrigo de piel de oso. Mientras trata de recuperar el equilibrio, entras en la cueva y te metes por el túnel de la izquierda. El lobo te persigue. Miras por encima del hombro y, tropiezas. En vez de caer al suelo, notas que resbalas por una larga y empinada rampa. Arriba el lobo aúlla furioso. Aterrizas sobre un montón de tierra en el fondo de un pozo, ligeramente conmocionado pero sin daño. A tu izquierda hay un oscuro pasadizo. Arrojas una piedra y, al cabo de lo que te parece una eternidad, oyes un lejano chapoteo. Afortunadamente, hay otro pasadizo a la derecha que está débilmente iluminado por una luz fosforescente.

 

Sigue...
.

Asiendo el largo cuchillo de marfil, avanzas lentamente, paso a paso, hacia el lobo que espera gruñendo aparentemente sorprendido por tu audacia.

Con un gran salto el animal se lanza sobre ti. Le atacas con el cuchillo, desviando el cuerpo para evitar sus temibles colmillos. Tus cuchilladas dan en el aire, pero el lobo tampoco consigue otra cosa que desgarrar tu abrigo de piel de oso. Se detiene un instante para olerlo y aprovechas para clavar tu cuchillo en su cuello. El lobo gira, te mira con odio y se desploma sobre el suelo con la columna vertebral partida.

Ahora ya eres un auténtico cazador de la Edad de Piedra. Despojas al animal de su piel y entras en la cueva.

Sigues el túnel de la derecha pensando que puede devolverte a tu época cuando, de repente, caes hundiéndote más y más deprisa en un pozo que no parece tener fin.

 

Sigue...
.

De pronto oyes unos gritos. Te escondes en un matorral. Aparece un animal, seguido por varios hombres con lanzas y hondas. Te figuras que debes encontrarte en alguna época anterior al desarrollo de la civilización. Sigues un sendero que te conduce hasta un claro y allí te tumbas en la hierba para descansar un rato. Al mirar hacia el cielo, descubres una larga franja blanquecina. Te frotas los ojos y vuelves a mirar. ¡Parece la estela de un avión a reacción! Después de todo, puede que te encuentres en tu propia época.

Cansado de vagar durante varios días por la jungla, llegas a un poblado situado a orillas de un gran río. Cerca hay un aeropuerto y, al cabo de algún tiempo, logras volar hacia tu civilización y ver a tu familia, exactamente un mes después de haber entrado por primera vez en la Cueva del Tiempo. Te alegras de estar de nuevo en casa, aunque te sorprende encontrar a todos mucho más viejos. ¡Ellos también se asombran de que no hayas cambiado nada en once años!

 

FIN
.

Te dejas resbalar por el costado del animal y caes sobre el helado terreno, permaneciendo allí magullado y dolorido mientras el mamut sigue su carrera. De pronto, desaparece de la vista despeñándose por la colina. Los cazadores gritan de contento. Algunos se acercan a ti. Son bajos y musculosos, con mandíbulas prominentes y brillantes ojos. El pelo negro les llega hasta los hombros y van vestidos con pieles.

Te sientes desamparado pensando en lo que pueden hacer contigo. Sin embargo, enseguida notas que no van a hacerte daño. Te ayudan y te llevan hasta su cueva, donde te ofrecen caldo caliente. Tiene mal sabor pero te hace sentir mucho mejor. Te das cuenta que los hombres de la cueva están dispuestos a aceptarte porque, sin saberlo, has logrado llevar a cabo el rito sagrado de su pueblo al cabalgar valientemente sobre un mamut.

La vida de las gentes de la cueva es sencilla y dura y, a menudo, echas de menos a tu familia, a tus amigos y a tu época; sin embargo, tu nueva vida es todo lo emocionante y feliz que pudieras desear.

 

FIN
.

Te agarras firmemente a los mechones de pelo esperando que el mamut disminuya la velocidad para poder saltar sin sufrir ningún daño. De pronto, el animal se lanza hacia adelante emitiendo un terrible bramido. Te das cuenta que estás cayendo cada vez más deprisa y gritas desesperadamente.

Miles de años más tarde, el eminente paleontólogo Dr. Carleton Frisbee, al descubrir tus huesos en la excavación de Red Creek se asombra enormemente de tu parecido con un ser del siglo XX.

 

FIN
.

Te metes por el primer túnel que encuentras. A medida que avanzas, se va haciendo cada vez más pequeño, por lo que te ves obligado a arrastrarte para seguir adelante. Continúas de este modo por lo menos durante una hora. Por fin, tus esperanzas se ven realizadas ya que percibes el fresco olor de un campo de heno recién cortado.

Poco después parpadeas ante la brillante luz del sol que ilumina un hermoso valle rodeado de suaves colinas. Cerca de un serpenteante río pacen una docena de vacas y, a lo lejos, se divisa una carretera de tierra. Por ella avanza un caballo arrastrando un carro cargado de heno sobre el cual está sentado un campesino. Se dirigen hacia un gran granero rojo situado en la lejanía. En la dirección opuesta, se puede oír el melancólico silbido de un tren.

Te das la vuelta y descubres que no estás muy lejos de la vía del ferrocarril. El tren aparece resoplando por la curva, lanzando una negra humareda producida por el motor de vapor alimentado con carbón. Desde luego, ya no estás en la Edad del Hielo pero tampoco exactamente en tu época.

 

Sigue...
.

El tren empieza a reducir la marcha. Te sonríes al descubrir el motivo: en la vía hay una vaca que no parece dispuesta a moverse por nada del mundo. El tren frena y de la cabna baja un hombre blandiendo amenazadoramente una pala hacia la vaca, que espera a que éste llegue casi a su lado para volverse tranquilamente hacia el prado. En ese mo¬mento, se te ocurre que podrías muy fácilmente subir al tren.

Tienes tres opciones
:

Si subes al tren
.

Si vas a la granja
.

Si vuelves al túnel con la esperanza de encontrar el camino hacia tu época
.

Mediante la computadora logras aprender su idioma que te resulta bastante parecido al tuyo. Pronto logras comunicarte con tus anfitriones.

No demuestran ningún asombro cuando se enteran de que has llegado a través de la Cueva del Tiempo.

—No eres el primero —dice el cabeza de familia—, aunque las visitas de gentes de otras épocas sólo tienen lugar muy de vez en cuando. Nos interesa mucho conocer la vida de otras épocas porque nosotros hemos logrado una especie de paraíso: nadie trabaja y el mundo está en paz. Nuestra sociedad es perfecta. Por eso, las épocas primitivas como la tuya nos llaman poderosamente la atención.

Tienes dos opciones
:

Si te quedas en la "sociedad perfecta"
.

Si intentas volver a la Cueva del Tiempo
.

Tus anfitriones te alojan en una hermosa habitación con grandes ventanales que dan a un parque. En una de las paredes hay una agradable reproducción de la costa de California. Si aprietas un botón, se enrosca dejando a la vista una gran pantalla. Dispones de una computadora que te permite seleccionar cualquier película o programa entre más de 10.000 posibilidades. Incluso hay películas en las que tú eres el protagonista principal y puedes decidir el desarrollo de las aventuras. Si no te gusta el curso de la acción puedes volver al punto de partida y elegir otra opción.

La computadora también sirve para jugar y proyectar páginas de libros o de revistas en la pantalla. Tu vida puede ser muy agradable incluso sin levantarte de la cama.

De vez en cuando sales a explorar. Conoces a otras gentes, pero no te interesan demasiado por lo que pasas la mayor parte del tiempo disfrutando de las mejores películas de todos los tiempos. Poco a poco te acostumbras a tu nueva vida. Sin embargo, hay algo que te preocupa; no se han hecho nuevas películas desde hace 300 años.

 

FIN
.

Respiras profundamente, te sumerges y buceas por el túnel. Puedes ver luz delante de ti. En poco tiempo logras salir a la superficie en una hermosa cala. Entre las palmeras que bordean la playa de blanca arena hay varias cabañas de paja. La suave y cálida brisa te trae aromas de jazmín y el sonido de una extraña melodía de tambores. En el mar hay una flotilla de barquichuelas con velas multicolores que navegan impulsadas por el viento. Sus tripulantes se apoyan contra la botavara para mantener las velas hacia afuera.

Andas hacia el poblado. Algunas gentes de piel morena y rasgos agradables advierten tu presencia. Unos se alejan corriendo, pero los demás se acercan a ti saludándote con las manos. Dos niños vienen corriendo con guirnaldas de flores. Todos dicen "¡Aloha!".

Poco después te encuentras sentado ante un gran fuego donde se asan cangrejos, y se comen ricos pasteles. Nunca habían tenido visitas y están muy contentos de verte. Te dan la bienvenida y los niños te aceptan como hermano. Poco a poco logras aprender su lengua.

La vida en este paraíso es deliciosa, pero todavía piensas en la posibilidad de volver a la Cueva del Tiempo. Tus nuevos amigos no pueden ayudarte. Quizá, en el interior, haya alguien que pueda hacerlo. Sin embargo, el viaje no es aconsejable. Los habitantes de la playa te dicen que sólo encontrarás junglas terribles y ríos plagados de cocodrilos.

Tienes dos opciones
:

Si te quedas con tus nuevos amigos
.

Si viajas hacia el interior
.

La sociedad perfecta del futuro es bastante aburrida, lo que te hace desear volver a tu época cuanto antes. Despidiéndote apresuradamente, vuelves corriendo al túnel, entras en él y tomas un ramal a la derecha con la esperanza de que te conduzca a tu época. Al poco tiempo, sales a la superficie terriblemente nervioso por saber qué es lo que te espera fuera.

La oscuridad es absoluta y sopla un viento gélido. Tomas asiento resueltamente, decidido a esperar a que amanezca para ver en qué mundo estás. Mientras tanto, no encuentras el sistema de averiguar qué hora es, ni consultando tu reloj ni observando las estrellas.

A tu alrededor oyes unos fuertes chasquidos. No logras descubrir su procedencia. Cuando la luz rosácea de la aurora empieza a iluminar el cielo por el este, te enfrentas con un extraño ser, cuyo tamaño es parecido al de una oveja pero con un aspecto totalmente diferente.

 

FIN
.

BOOK: La Cueva del Tiempo
11.84Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

Without Mercy by Jefferson Bass
Hell Hath No Fury by Rosalind Miles
The Mind Readers by Lori Brighton
All of Me by Eckford, Janet
Fighting to Forget by Jenika Snow
The Vampire Diaries: The Salvation: Unspoken by Smith, L. J., Clark, Aubrey
COVET: Deceptive Desires by Amarie Avant
Aiden's Betrayal by Nicholson, CT