Read ¿Por qué es divertido el sexo? Online
Authors: Jared Diamond
Tags: #Divulgación Científica, Sexualidad
El pene humano ilustraría también el modelo del hándicap de Zabavi como una estructura costosa y perjudicial para su propietario. De acuerdo, es más pequeño y probablemente menos costoso que la cola de un pavo real; sin embargo, es suficientemente grande como para que si la misma cantidad de tejido fuera dedicada a corteza cerebral extra, este hombre rediseñado cerebralmente obtuviera una gran ventaja. Así pues, el coste de un pene grande debería ser considerado como el coste de una oportunidad perdida: dado que cualquier energía biosintética disponible para un hombre es finita, la energía despilfarrada en una estructura lo es a expensas de energía potencialmente disponible para otra estructura. Un hombre podría alardear: «Ya soy tan inteligente y superior que no necesito dedicar más gramos de protoplasma a mi cerebro, sino que en su lugar puedo permitirme el hándicap de empaquetar tales gramos inútilmente en mi pene.»
Sigue siendo discutible la audiencia supuesta a la que está dirigida la proclamación de virilidad del pene. La mayoría de los hombres asumirían que las que se quedan impresionadas son las mujeres. Sin embargo, las mujeres tienden a informar que les excitan más otros rasgos de un hombre, y que la visión de un pene es en realidad poco atractiva. En lugar de ello, los que están realmente fascinados por el pene y sus dimensiones son los hombres. En las duchas de los vestuarios masculinos los hombres miden rutinariamente entre ellos su dotación.
Aun cuando algunas mujeres queden también impresionadas por la visión de un pene grande, o queden satisfechas por su estimulación del clítoris y la vagina durante el coito (como es muy probable), no es necesario para nuestra discusión caer en un argumento del tipo de «o esto o aquello» que asume que la señal está dirigida sólo a un sexo. Los zoólogos descubren constantemente que, entre los animales, los ornamentos sexuales cumplen una doble función: atraer a parejas potenciales del sexo opuesto y establecer predominio sobre los rivales del mismo sexo. En este aspecto, como en muchos otros, nosotros los humanos portamos todavía el legado de cientos de millones de años de evolución vertebrada grabados profundamente en nuestra sexualidad. Sobre ese legado, nuestro arte, lenguaje y cultura han añadido recientemente sólo un barniz.
La posible función señalizadora del pene humano y el objetivo de esa señal (si es que hay alguno) siguen siendo cuestiones sin resolver. Así pues, este tema constituye un final apropiado para este libro por lo bien que ilustra su propósito: la importancia, la fascinación y las dificultades de un enfoque evolutivo de la sexualidad humana. La función del pene no es meramente un problema fisiológico que pueda ser esclarecido sin dobleces mediante experimentos biomecánicos sobre modelos hidráulicos, sino también un problema evolutivo. El problema evolutivo lo plantea la expansión cuádruple en el tamaño del pene humano, más allá de su tamaño ancestral, durante el transcurso de los últimos 7 a 9 millones de años. Una expansión tal está pidiendo a gritos una interpretación histórica y funcional. Al igual que hemos visto en relación con la producción de leche estrictamente femenina, la ovulación oculta, los papeles masculinos en la sociedad y la menopausia, tenemos que preguntar qué fuerzas selectivas impulsaron la expansión histórica del pene humano y mantienen su gran tamaño hoy.
La función del pene es también una materia apropiada para concluir porque a primera vista parece tan poco misteriosa. Casi cualquiera afirmaría que las funciones del pene son expulsar la orina, inyectar esperma y estimular físicamente a las mujeres durante el coito. Pero la aproximación comparativa nos enseña que esas funciones son conseguidas en el resto del mundo animal mediante una estructura mucho más pequeña que la que nosotros llevamos a cuestas. También nos enseña que esas estructuras tan sobredimensionadas evolucionaron de varias formas alternativas que los biólogos todavía luchan por comprender. Así pues, incluso el objeto más familiar y aparentemente más transparente del equipamiento sexual humano nos sorprende con cuestiones evolutivas no resueltas.
He aquí algunas sugerencias para los lectores cuyo interés haya sido suficientemente estimulado como para lecturas adicionales. La primera lista está compuesta por libros sobre sexualidad, comportamiento, primates, razonamiento evolutivo y otras materias relacionadas con todo ello. Muchos están escritos para que puedan ser comprendidos por profanos sin formaci6n científica. Están disponibles en bibliotecas bien surtidas, y muchos pueden ser hallados en librerías. La segunda 1ista consiste en una docena de ejemplos de artículos técnicos, escritos para científicos y que describen algunos de los estudios específicos que yo discuto.
Libros
Alcock, John.
Animal Behavior: An Evolutionary Approach.
5.B ed: Sunderland, Mass.: Sinauer Associates, 1993.
Austin, CI R. y R. V. Short.
Reproduction in Mammals.
2… ed., vols. 1-5. Cambridge: Cambridge University Press,
1982-
1986.
Chagnon, Napoleon A. y William Irons, eds.
Evolutionary Biology and Human Social Behavior: An Anthropological Perspective.
North Scituate, Mass.: Duxbury Press, 1979.
Cronin, Helena.
The Ant and the Peacock: Altruism and Sexual Selection from Darwin to Today.
Cambridge: Cambridge University Press, 1991.
Daly, Martin y Margo Wilson.
Sex. Evolution. and Behavior.
2 ed. Boston: Willard Grant Press, 1983.
Darwin, Charles.
The Descent of Man, and Selection in Relation to Sex.
Londres: Murray, 1871. Reedición de bolsillo, Princeton, N. J.: Princeton University Press, 1981.
Diamond, Jared.
The Third Chimpamee: The Evolution and Future of the Human Animal.
Nueva York: HarperCollins, 1992.
Fedigan, Linda Marie.
Primate Paradigms: Sex Roles and Social Bonds.
Chicago: University of Chicago Press, 1992.
Goodall, Jane.
The Chimpanzees ofGombe: Patterns of Behavior.
Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1986.
Hal1iday, Tim.
Sexual Strategy.
Chicago: University of Chicago Press, 1980.
Hrdy, Sarah Blaffer.
The Woman That Never Evolved.
Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1981.
Kano, T. Takayoshi.
The Last Ape: Pygmy Chimpanzee Behavior and Ecology.
Stanford, Calif.: Stanford University Press, 1992.
Kevles, Bettyann.
Females of the Species: Sex and Survival in the Animal Kingdom.
Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1986.
Krebs, J. R. y N. B. Davies.
Behavioural Ecology: An Evolutionary Approach.
3.g ed. Oxford: Blackwell Scientific Publications, 1991.
Ricklefs, Robert E. y Caleb E. Finch.
Aging: A Natural History.
Nueva York. Scientific American Library, 1995.
Rose, Michael R.
Evolutionary Biology of Aging.
Nueva York: Oxford University Press, 1991.
Small, Meredith F.
Female Choices: Sexual Behavior of Female Primates.
Ithaca. N. Y.: Cornell University Press, 1993.
Smuts, Barbara B., Dorothy L. Cheney, Robert M. Seyfarth, Richard W. Wrangham y Thomas T. Struhsaker, eds.
Primate Societies.
Chicago: University of Chicago Press, 1986.
Symons, Donald.
The Evolution of Human Sexuality.
Nueva York: Oxford University Press, 1979.
Wilson. Edward O.
Sociobiology: The New Synthesis.
Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1975.
Artículos científicos
Alexander, Richard D. «How Did Humans Evolve?» Publicación especial núm. 1. University of Michigan Museum of Zoology, Ann Arbor, 1990.
Emlen. Stephen T., Natalie J. Demong y Douglas J. Emlen. «Experimental Induction of Infanticide in Female Wattled Jacanas».
Auk
106 (1989): 1-7.
Francis, Charles M., Edythe L. P. Anthony, Jennifer A. Brunton y Thomas H. Kunz. «Lactation in Male Fruit Bats».
Nature
367 (1994): 691-692.
Gjershaug, Jan Ove, Torbjorn Jarvi y Eivin R0skaft. «Marriage Entrapment by…Solitary" Mothers: A Study on Male Deception by Female Pied Flycatchers».
American Naturalist
133 (1989): 273-276.
Greenblatt, Robert B. «Inappropriate Lactation in Men and Women.»
Medical Aspects of Human Sexuality
6. núm. 6 (1972): 25-33.
Hawkes, Kristen. «Why Do Men Hunt? Benefits for Risky Choices». En
Risk and Uncertainty in Tribal and Peasant Economies,
editado por Elizabeth Cashdan (págs. 145-166). Boulder, Colo.: Westview Press, 1990.
Hawkes, Kristen. James F. O.Connell y Nicholas G. Blurton Jones. «Hardworking Hadza Grandmothers». En
Comparative Socioecology: The Behavioral Ecology of Humans and Other Mammals,
editado por v. Standen y R. A. Foley (págs. 341-366). Oxford: Blackwell Scientific Publications, 1989.
Hill, Kim y A. Magdalena Hurtado. «The Evolution of Premature Reproductive Senescence and Menopause in Human Females: An Evaluation of the…Grandmother Hypothesis"».
Human Nature
2 (1991): 313-350.
Kodric-Brown, Astrid y James H. Brown. «Truth in Advertising: The Kinds of Traits Favored by Sexual Selection».
American Naturalist
124 (1984): 309-323.
Oring, Lewis W., David B. Lank y Stephen J. Maxson. «Population Studies of the Polyandrous Spotted Sandpiper».
Auk
100 (1983): 272-285.
Sillén- Tulberg, Birgitta y Anders P. M0ller. «The Relationship Between Concealed Ovulation and Mating Systems in Anthropoid Primates: A Phylogenetic Analysis».
American Naturalist
141 (1993): 1-25.
[1]
En teoría de juegos se lo conoce como juego de la gallina o del gallina. Es un juego entre intereses contrapuestos en el que la mejor solución para un jugador es que el otro coopere (en este caso, se quede a cuidar del embrión mientras uno se va); y la peor solución es que ninguno coopere.
(N. de la T.)
[2]
Las iniciales MRS (Mixed Reproductive Strategy) se conservan en el idioma original debido a su uso convencional.
(N. de la T.)
[3]
Extra-Pair Copulations.
(N. de la T.)
[4]
Sudden Infant Death Syndrome.
(N. de la T.)
[5]
En el original,
goal-directed,
dirigida a fines o metas
. (N. de la T.)
[6]
En el original,
to bring home the bacon,
expresión equivalente a la española
, ganarse el pan,
traducida literalmente por coherencia con referencias posteriores.
(N. de la T.)
[7]
En el original,
sex appeal
.
(N. de la T.)