Reina Lucía (39 page)

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Authors: E. F. Benson

Tags: #Humor

BOOK: Reina Lucía
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No fue necesario presionar la cola de la sirena, porque Lucía ya los había visto desde la salita de música, y ellos oyeron sus tacones altos repiqueteando en el pulido suelo del vestíbulo.

—¿La oyes? ¡Pronto necesitará ponerse esos tacones casi todos los días! —dijo la señora Quantock—. Y tengo otra cosa que decirte. Pero ésta puede oírla Lucía. ¡Ah, querida Lucía, qué maravillosa flor te ha crecido en Perdita!

—¿Verdad? —dijo Lucía, lanzando besos a Georgie y dándoselos a Daisy—. Esto demuestra que la primavera ya está aquí. ¡Primavera! Y el
piccolo libro
de Pepino sale hoy. No me sorprendería ni una pizca si a cada uno de vosotros os llegara un ejemplar esta tarde. ¡Magnífico! ¡Es magnífico!

Desde luego, no era extraño que la sangre de Georgie comenzara a correr por sus arterias de nuevo. Habían sido años muy agradables y emocionantes, y no habían necesitado más estímulo que aquello que tuvieran a mano para alimentar el fuego. La señora Quantock iba de puntillas, por así decirlo, para irse acostumbrando a su aumento de altura. Pepino acababa de publicar el tercero de aquellos volúmenes suyos de papel vitela, con sellos y cintas en la cubierta. La señora Weston iba a convertirse en la señora coronela a finales de semana, y a la misma hora y en la misma iglesia Elizabeth se convertiría en la señora Atkinson. Si todo aquello no le resultaba especialmente interesante era porque…

—¿Cómo está la nenita? —dijo Georgie, con un repentino rubor de primavera en su rostro—. El nene muy bien, gracias. Yo también quiero leer el librito de Pepino.

—Entra, entra —dijo Lucía—. Que entre todo el mundo. Y ahora, ¿quién tiene alguna noticia pequeñita para la nenita?

La señora Quantock había entrado caminando de puntillas por todo el vestíbulo, anticipando el tiempo feliz en el que sería de dos a seis pulgadas más alta que Lucía. Como el señor Alderstout decía en su convincente panfleto, el mundo adquirirá un aspecto totalmente diferente cuando usted sea incluso dos pulgadas más alto. La señora Quantock lamentó mucho tener que sentarse.

—¿Estás muy ocupada la próxima semana, querida Lucía? —preguntó.

Lucía se plantó el dedo en la frente.

—Lunes, martes, miércoles… —empezó—. No, el martes no. No tengo nada el martes. Queréis acabar conmigo entre todos. ¿Por qué?

—Espero una visita de mi querida amiga la princesa Popoffski —dijo la señora Quantock—. Aparta esos prejuicios contra el espiritismo y dale una oportunidad. Ven a una sesión el martes. Y tú también, por supuesto, Georgie: no soy tan tonta como para invitar a Lucía sin que vengas tú.

Lucía puso esa mirada perdida que reservaba para las obras maestras de música y para la impenitente servidumbre de Georgie.

—¡Delicioso! ¡Será delicioso! —dijo—. ¡Y de lo más interesante! Acudiré con la mente totalmente abierta.

Georgie apenas lamentó el desenlace de aquel misterio. Debía de habérselo inventado, pues todo se derrumbaba como un castillo de naipes a su alrededor si la princesa volvía. Las sesiones de espiritismo habían sido asombrosas, desde luego; y él no tendría más remedio que sacar su
planchette
de nuevo.

—¿Y qué vamos a hacer el miércoles? —le preguntó a Lucía—. Lo único que sé es que no he sido invitado. El nene está enfadado.

—¡Una sorpresita! —dijo Lucía—. No tienes compromisos esa noche, ¿verdad? Y tú tampoco, ¿verdad, Daisy? Eso es perfecto. ¿A las ocho en punto? No, creo que a las ocho menos cuarto. Así tendremos más tiempo. No os contaré de qué se trata.

La señora Quantock, aferrada a sus pastillas, se preguntó cuánto habría crecido ya para entonces. Mientras Lucía bromeaba con ellos, discretamente sacó una pastilla de la caja y se la metió en la boca, con la idea de comenzar a crecer de inmediato. Tenía un sabor bastante amargo, pero no del todo desagradable…

EDWARD FREDERIC BENSON, nació en Wellington College (Berkshire, Inglaterra) el 24 de julio 1867. Fue hijo del director de escuela, y más tarde Arzobispo de Canterbury, Edward White Benson, y de Mary Sidgwick Benson («Minnie»), descrita por William Gladstone como «la mujer más brillante de Europa».

A la muerte de su marido, Minnie formaría un «matrimonio de Boston» con Lucy Tait, hija del anterior Arzobispo de Canterbury. Benson fue hermano de una estirpe de escritores: A. C. Benson, Robert Hugh Benson y Margaret Benson, que además fue egiptóloga. Se afirma que los tres hermanos eran homosexuales, incluido E. F. Benson; de hecho, ninguno de ellos se casó. Tuvo otros dos hermanos que murieron jóvenes. En su juventud, E. F. Benson fue un excelente atleta y representó a Inglaterra en diversos campeonatos internacionales en la modalidad de patinaje artístico. Asimismo, fue un precoz y prolífico escritor, y publicó su primer libro cuando todavía era un estudiante. Aunque a él le gustaba considerarse un escritor de relatos de terror, hoy es conocido principalmente por su famosísima serie de novelas protagonizadas por las dos heroínas de la muy
british
burguesía rural, Elizabeth Mapp y Emmeline «Lucía» Lucas,
Mapp y Lucía
, que escribió ya a edad bastante avanzada y que constituyen uno de los ejemplos más notables de comedia social inglesa de la primera parte del siglo
XX
. La serie consiste en seis novelas,
Reina Lucía
(1920),
Miss Mapp
(1922),
Lucia in London
(1927),
Mapp y Lucía
(1931),
Lucia’s Progress
(1935) y
Trouble for Lucia
(1939), además de dos historias cortas, «The Male Impersonator», que tradicionalmente aparece como apéndice a la novela
Miss Mapp
, y «Desirable Residences». Benson, escritor victoriano, como M. R. James, es muy conocido también por sus historias de fantasmas, las cuales aparecen frecuentemente en antologías del género. En ellas, Benson evita los típicos escenarios góticos, buscando ámbitos más cotidianos. Cabe reseñar «La confesión de Charles Linkworth», «El terror nocturno» o «Un cuento sobre una casa vacía». E. F. Benson murió en Londres el 29 de febrero de 1940.

N
OTAS

[1]
El Cristianismo Científico o la Ciencia Cristiana (Christian Science) fue una doctrina pseudoreligiosa y pseudocientífica establecida por Mary Baker Eddy (1841-1910). Baker Eddy fundó la llamada Iglesia de Cristo Científico, cuyos principios teológicos suponían que la Biblia ofrecía claves científicas modernas. Mary Baker Eddy escribió un texto fundamental (leído apasionadamente por la señora Quantock, al parecer):
Science & Health With Key to the Scriptures (Ciencia y salud, con sus claves en la Biblia)
. Benson tuvo en cuenta este texto de Eddy a la hora de construir su personaje de ficción: «Si vuestro paciente cree resfriarse, convencedle mentalmente de que la materia no puede resfriarse y que el pensamiento es el que induce esa predisposición».
(Todas las notas son del traductor.)
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[2]
Los Elzevir de Lovaina fundaron una de las editoriales más conocidas entre los anticuarios y libreros. Sus libros, pequeños, baratos y curiosos, tuvieron gran éxito en el siglo
XVII
y la familia consiguió abrir sucursales libreras en distintas ciudades de los Países Bajos.
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[3]
Como se sabe, en el
Hamlet
de Shakespeare, Ofelia, perdido el juicio, canta canciones fúnebres por la muerte de su padre, Polonio, y reparte flores entre los presentes (IV, v) explicando sus significados: «Esto es romero, para recordar…». Ofelia murió cuando cortaba ramitas de sauce: se rompió el árbol y cayó en un arroyo, donde se ahogó.
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[4]
Perdita es un personaje del
Cuento de invierno
, de Shakespeare. «Bien quisiera yo tener flores de primavera», dice Perdita en IV, iv, y enumera las siguientes flores: narcisos, violetas, primaveras, prímulas y lirios «de todas clases».
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[5]
Con grafía antigua: «El Emblema del Narciso».
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[6]
Referencia humorística a un libro de citas muy popular, titulado
The Force of Contrast, or Quotations, with Remarks
, con la que Benson sugiere que Pepino elaboraba sus libros copiando citas ajenas y confirma que la cultura de la pareja era muy de segunda mano.
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[7]
«
Much have I travelled in the realms of gold
» es el primer verso de uno de los sonetos más conocidos del poeta romántico John Keats, titulado
Al leer por vez primera el Homero de Chapman (On First Looking Into Chapman’s Homer)
. Se trata de un homenaje a los estudios literarios comparándolos con las gestas y hazañas de militares y aventureros.
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[8]
Especie de jaculatoria creada por Mary Baker Eddy para convencer a sus fieles de la inexistencia real de la materia en general y de los males y las dolencias en particular. Decía así: «No hay vida, verdad, inteligencia ni sustancia en la materia. Todo es infinita Sabiduría y su infinita manifestación, pues Dios es Omnipresente. El espíritu es la verdad inmortal; la materia es un error mortal. El espíritu es lo real y lo eterno; la materia es lo irreal y lo temporal. El espíritu es Dios, y el hombre es su imagen y semejanza. Así pues, el hombre no es material: es espiritual».
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[9]
Benson sigue jugando con la idea de la «reina Lucía»: es tradicional en los países nórdicos que la bandera ondee en los palacios reales solo cuando el monarca está en ellos.
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[10]
En el original,
Hitum
,
Titum
y
Scrub
. Suele darse por seguro que E. F. Benson inventó este sistema indumentario, uno de los elementos más conocidos y populares de la serie
Mapp & Lucia
. Pero lo cierto es que la clasificación se debe a un naturalista llamado Joseph Banks (1743-1820), compañero de fatigas del famoso explorador Cook y fundador de los jardines botánicos Kew Gardens de Londres. En
Joseph Banks. A Life
, su biógrafo Patrick O’Brian señala que Banks estuvo muy interesado en el estudio de la lana de oveja, y que su hermana hizo tejer distintos trajes y vestidos dependiendo de la calidad del tejido. Utilizaba la designación
hightum
para los mejores,
ti(gh)tum
para los medianos y
scrub
(usado, corriente, deficiente) para la indumentaria de diario. En algunas ediciones americanas aún se utiliza la categorización
hightum
,
tightum
y
scrub
para hacer la lectura más comprensible.
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[11]
Puede resultar extraño a los lectores españoles que estos cepos de tortura se utilicen como «monumentos», pero estos mecanismos medievales de tortura y escarnio públicos (típicos de la Inglaterra isabelina) siguen adornando hoy en día muchas plazas del Reino Unido.
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[12]
Macbeth
, V, i.
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[13]
Peter Karl Fabergé (1846-1920), el joyero ruso que alcanzó fama mundial por los lujosísimos huevos de Pascua que confeccionaba para la familia real rusa, también creó otras piezas menos costosas, pero siempre con el mismo estilo ornamental dieciochesco. Por otro lado, había muchas piezas de joyería que se llamaban
fabergé
por el estilo, no porque las hubiera realizado el joyero ruso (y eso es precisamente lo que parece ocurrir en este caso). La porcelana Bow se fabricó durante el siglo
XVII
en el barrio londinense del mismo nombre: las pequeñas piezas esmaltadas eran muy del gusto rococó. Del oscuro Karl Huth apenas se sabe sino que fue un pintor menor, de estilo italianizante, del siglo
XIX
.
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[14]
Golliwog o Golliwogg era el nombre de un personaje muy popular en el siglo
XIX
y principios del
XX
: era el paradigma del negro, con el pelo encrespado y sonrisa de payaso. Su nombre llegó a convertirse en un insulto racista. A partir de la Segunda Guerra Mundial adquirió otros tonos más benévolos y paternalistas. Se fabricaron miles de muñecos de aire africano que se llamaron Golliwog.
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[15]
Benson formula aquí un juego de palabras intraducible: Georgie le dice que el coche está «
at your own Arms
», es decir, en el hotel de su propiedad, el Arms, pero la frase también significa «en sus brazos».
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