¿Es Carl Bigelow un estudiante universitario de aspecto juvenil en busca de una habitación, o es un asesino a sueldo a punto localizar a su víctima? ¿Y si Carl es en realidad dos personas? ¿Qué pasa con todos a su alrededor?
Jim Thompson
Noche salvaje
ePUB v1.0
JackTorrance03.04.12
Título original:
Savage Night
Jim Thompson, 1953
Traducción:
Jesús de la Torre
Diseño de portada:
Julio Vivas
Dibujo de portada:
Jordi Bernet
Suele ocurrir que, al repasarse la bibliografía de Jim Thompson, sorprenda la extraordinaria fertilidad del novelista durante el período 1952-1954, cuando la editorial neoyorquina Lion Books, Inc. le publicó once libros en menos de dos años. Y tal vez la imagen de un Thompson dado al alcoholismo a lo largo de extensas etapas de su vida intensifique tan frecuente asombro. Pero el novelista renunció a la bebida en la época de su tenaz contribución a la Lion, e incluso llevó a cabo, en los primeros tiempos de la misma, una especie de autoterapia al respecto mediante
The Alcoholics (Los alcohólicos
).
Con dos años de anterioridad a la publicación de esta obra, Thompson había realizado ya una tentativa de exorcismo literario consigo mismo. Su resultado fue el texto
An Alcoholic Looks at Himself
, de contenido autobiográfico en torno a la existencia del autor circunscrita a la década de los cuarenta y principalmente a la zona de San Diego, California; ni siquiera sus tres meses, de abril a julio de 1944, en la Infantería de Marina, transcurridos en la base de este Cuerpo en San Diego, escaparon a los hábitos etílicos de Thompson, y éste fue dado de baja por los militares acto seguido a que le consideraran un borracho irrecuperable, aunque el motivo oficial consistió en una «fiebre reumática».
Aquel relato-testimonio, con referencia a estancias en algún que otro sanatorio, apareció en el
SAGA - Man’s True Adventure Magazine
a fines de 1950 y se otorgó la paternidad a un escritor anónimo. El autor trabajaba para la revista, en Nueva York, desde el verano, y en octubre vinieron desde San Diego, para reunirse con él, su mujer y sus hijos; poco después se trasladaron a la población de Astoria, Queens, donde vivirían hasta mediados de 1954. Mientras Thompson colaboró en
SAGA
persistieron los problemas referidos a la bebida, y no fue hasta los últimos meses de 1951, cuando pergeñaba historias de tema criminal con destino a
The Police Gazette
, que el escritor abandonó el alcohol y se dispuso a iniciar una nueva fase en la creación literaria. Se produjo entonces el célebre encuentro con Arnold Hano.
Desde hacía poco, éste dirigía en unión de Jim Bryans una nueva editorial, Lion Books, Inc. Había sido fundada a finales del decenio precedente por Martin Goodman, que publicaba también revistas y
comic-books
(y que, en el terreno de la narrativa gráfica, sería particularmente famoso como impulsor de los tebeos Marvel). Al principio Goodman sólo aspiraba a reimprimir, en rústica y formato de bolsillo, novelas que pudieran dar suculentos beneficios con base en precios asequibles y tiradas amplias, y la colección correspondiente obtuvo el nombre de Red Circle Books. Pero el octavo número, integrado por
Hungry Men
de Edward Anderson (autor de
Son ladrones como nosotros
), comportó un nuevo sello editorial, el de Lion Books, que prevalecería definitivamente tras que los números doce y trece recuperasen de forma episódica la marca Red Circle. Hano y Bryans tomaron luego la iniciativa de pedir manuscritos originales y elaboraron una curiosa estrategia: trazar un argumento en breves líneas, encargar a un autor tres capítulos y una sinopsis del resto de la novela con punto de partida en aquel esquema, y contratar la redacción de la novela si el trabajo preliminar les satisfacía.
Jim Thompson se presentó en la Lion a principios de 1952 y se amoldó a la táctica descrita para las dos primeras novelas que Hano le publicaría:
The Killer Inside Me (El asesino dentro de mí
, setiembre de aquel año) y
Cropper’s Cabin (Tierra sucia
o
Una cabaña en el sur
, noviembre siguiente). Sin embargo, su obra inmediata ya surgió de un tema elegido libremente y fue la mencionada al inicio de este prólogo,
The Alcoholics (Los alcohólicos
, enero de 1953). Constituyó la rúbrica testimonial de lo que entonces parecía rechazo concluyente a la bebida por parte de Thompson, quien era conducido como paciente al sanatorio del Dr. Murphy en el último capítulo y obtenía del director de la casa la frase que cerraba la novela: «Just the man to write a book about this place», «El hombre idóneo para escribir un libro acerca de este lugar».
Un Thompson sobrio y en vena creativa podía escribir con mucha rapidez: su objetivo consistía en veinte páginas diarias, y su logro habitual raramente quedaba por debajo de las diez. De este modo se escalonaron ocho novelas más para Lion Books, todas ellas con iniciativa del autor en lo concerniente al tema. En 1953 vieron la luz
Recoil (Libertad condicional
, febrero),
Bad Boy
(junio),
Savage Night (Noche salvaje
, que compone el presente volumen, julio) y
The Criminal (El criminal
, diciembre). Thompson cobraba una cantidad fija, 2.000 dólares, por cada libro, cuya tirada era superior a los 150.000 ejemplares y cuyas ventas alcanzaban como mínimo los 100.000; no obstante, sólo se le pagó 1.500 dólares por
The Golden Gizmo
(febrero de 1954) ya que no se trataba de un encargo sino de una obra escrita mucho antes, en el ocaso de los años cuarenta, aunque todavía inédita.
Tras
The Golden Gizmo
la Lion editaría en 1954
Roughneck (En bruto
, marzo),
A Swell-Looking Babe (Una chica de buen ver
, junio) y
A Hell of a Woman (Una mujer endemoniada
, julio). Al tiempo que esta última novela llegaba a los puestos de venta y que los Thompson se trasladaban a otra población de Queens, Flushing, se decidió suspender los Lions Books; acto seguido, Hano, quien en compañía de su esposa había trabado gran amistad con el matrimonio Thompson, se marchó a California. Todo ello repercutió muy negativamente en el novelista, que volvió a refugiarse en el alcohol. Aun así fue capaz de escribir dos novelas más,
The Nothing Man (Asesino burlón
), impresa en otoño por Dell, y
After Dark, My Sweet (Un cuchillo en la mirada
), publicada a principios de 1955 por otra editorial neoyorquina, Popular Library. En enero de 1957 la New American Library, poseedora de la marca Signet, hizo pública su compra de la Lion y editó bajo este sello
The Kill-Off
; de ahí la posibilidad de especular sobre si tal novela había sido encargada por Hano años atrás y quedado en el dique seco a consecuencia del cierre de la serie que él dirigía.
Para Arnold Hano, como suscribiría mucho después y en más de una ocasión, la mejor novela de Thompson es
Noche salvaje
. A tal preferencia se ha añadido últimamente una opinión similar a cargo de Michael J. McCauley, excelente biógrafo del novelista mediante el libro
Jim Thompson - Sleep with the Devil
, quien considera aquella obra como «la más inspirada y lírica» del autor. En ella tiene un breve pero muy importante papel como personaje el propio Jim Thompson, aunque no se le adjudique nombre alguno. Y en cuanto a las referencias autobiográficas se observará sobre todo que las descripciones del trabajo del protagonista en la panificadora corresponden a lo relatado en el quinto capítulo de
En bruto
, la novela de Thompson sobre su vida durante la Depresión; el escritor estuvo empleado a lo largo de algunos meses de 1930 en una panificadora de Lincoln, Nebraska, mientras estudiaba en la escuela de agricultura de la Universidad del estado. Parece, además, que el personaje Kendall, que en el pasado habría impartido clases de literatura, presenta abundantes similitudes con el profesor Boomer, padre de un antiguo y trascendente amor de Jim Thompson en el bienio previo al matrimonio de éste, Lucille Boomer; abonan la hipótesis tanto el hecho de que el profesor Boomer (fallecido en 1930) había creído plenamente en la capacidad literaria del novio de su hija, como el respeto con que aparece dibujado Kendall en la presente novela.
Por otra parte,
Noche salvaje
exhibe, con nítida transparencia, el mundo thompsoniano en su más radicalizado furor. Análogamente a otras memorables obras del autor, la narración corre a cargo, en primera persona, de un asesino y éste se enzarza en arduas reflexiones sobre su comportamiento. Al igual también que en diversas novelas del mejor Thompson, los personajes se encaminan inexorablemente hacia infiernos particulares y reflejan los descalabros de una sociedad pervertida, causa y seno de horrores de pesadilla como los que explotan en los percutantes capítulos finales.
Construida desde un complejo tratamiento de significaciones que denota un magistral pulso narrativo, esta obra feroz se alimenta vorazmente de la densidad conjugada mediante dos elementos paralelos y yuxtapuestos: el humor macabro ya iniciado con el insólito retrato de un asesino profesional que mide metro y medio, usa dentadura postiza y lentillas, y padece una creciente afección pulmonar; y la anfibología que rodea a casi toda la figuración hasta el punto de que el protagonista vaga en la niebla surgida de las presuntamente equívocas conductas de quienes le rodean. Uno y otro elemento convergen a la par en el desarrollo de la novela y confluyen específicamente en la singular tragedia de una gradual disminución física y psíquica que subraya la inminencia de la muerte.
Dada la historia personal de Thompson y en caso de desconocerse su abstinencia durante el período Lion, podríase suponer que no pocos tramos de
Noche salvaje
hubieran sido escritos bajo los efectos del alcohol, pero, y análogamente a lo que en definitiva expresa esta novela, la realidad es otra. Matemáticamente estructurada, de forma que detalles aparentemente ínfimos devienen piezas esenciales en la arquitectura narrativa,
Noche salvaje
es la obra fría y lúcida de un creador que se mantenía entonces apartado de la bebida y hablaba, con rugidos de león, sobre cuanto revelaba, en la brutalidad cotidiana, la presencia, a menudo impune, de prácticas carniceras.
J
AVIER
C
OMA
«Pero, después de todo», dijo el tiburón, «¿por qué criticar antes de conocer? A menudo acompaña la brusquedad a un buen corazón. Ello puede no ser tan malo. El engullir te apartará de ahogarte y el ahogarte, de engullir, y como también yo probablemente te morderé, tu atención puede quedar tan embarullada con los apuros de tanta excitación, que difícilmente tendrás un momento para darte cuenta de que estás empezando a sufrir.»
H. G. W
ELLS
,
Mr. Blettsworthy en la isla Rampole
Al cambiar de tren en Chicago cogí un ligero catarro, y tres días en Nueva York —tres días de nenas y copas mientras esperaba ver al Jefe— no me ayudaron nada. Cuando llegué a Peardale me sentía muy mal. Por primera vez en muchos años había un leve rastro de sangre en mis esputos.